Jean Roldán testigo de momentos mágicos
Su nombre se ha convertido en sinónimo de buen gusto, respeto y compromiso con la calidad. Con una trayectoria de 25 años en la organización de eventos sociales y corporativos, Jean Roldán ha sido merecedor del aprecio de la sociedad, no solo santiaguera, sino de todo el país.
Estudió Diseño de Interiores y se capacitó en gerencia y logística de eventos, para luego incursionar en la carrera de Arquitectura con especialidad en alojamiento turístico, área que le dio la oportunidad de formar parte de una prestigiosa cadena hotelera, la cual le sirvió de plataforma para desarrollarse en el mundo de la decoración, organización y planificación de actividades.
“He tenido la dicha de poder trabajar en lo que me apasiona”, confiesa el profesional de la decoración.
Se autodefine como una persona innovadora y entregada a su familia. Desde hace 20 años está casado con Raquel, con quien ha procreado dos hijas: Patricia de 17 años y Camila de 12. “El papel que más disfruto es el de ser papá. Dios me ha bendecido con una familia que respeta mi trabajo y se hace cómplice de mis logros”, dice con una amplia sonrisa en los labios.
Su experiencia lo ha hecho testigo y responsable de mágicos momentos que quedan como recuerdo en aquellos que confían en su talento.
Para él siempre será preferible correr riesgos y vivir cada día como si fuera el último, confiando cada paso en Dios.
Su trabajo se distingue por un estilo ecléctico.
“Me encanta mezclar elementos de diferentes tendencias, lo que me permite dar rienda suelta a la creatividad, y lograr así personalizar los espacios”, explica. “Las ideas surgen de acuerdo al concepto y estilo del evento y lo que más me inspira es el desafío de poder darle forma a los deseos y sueños del cliente para lograr cumplir con sus expectativas”, agrega Roldán.
Sostiene que cada evento es único y especial. “De todas las actividades que he tenido el privilegio de organizar hay una en especial que me marcó, fue una boda realizada en la montaña, porque pude integrar la belleza de la naturaleza con elementos decorativos y crear un contraste mágico donde las velas, las antorchas y fogatas definían el sendero hasta llegar a un asombroso escenario inspirado en un romance en la montaña”, recuerda evidentemente emocionado.
“Además de la decoración siento una gran pasión por el paisajismo. Amo la naturaleza y poder crear y diseñar jardines me permite expresarme en otra dimensión”, concluye.
POR DENTRO “De niño pensé ser médico porque es una profesión que está presente en mi familia, pero mi abuela me enseñó a disfrutar la naturaleza y las creaciones que de ella emanan.
Algo que poca gente sabe sobre mí es que aunque paso los días trabajando con personas en un ambiente de eventos y fiestas, disfruto la soledad. Estar a solas me ayuda a recargar energías, a reflexionar sobre lo que que deseo y a reencontrarme conmigo mismo”.