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Respeto y unidad

Éxito familiar y prosperidad

Andrés José Javier Rodríguez, Cándida Margarita Rodríguez Méndez, Claudio Rafael Rodríguez Méndez (Don Papín), Eduardo Enrique Javier Rodríguez, Dinorah Divina Rodríguez Méndez y Claudio Enrique Javier Rodríguez.

Andrés José Javier Rodríguez, Cándida Margarita Rodríguez Méndez, Claudio Rafael Rodríguez Méndez (Don Papín), Eduardo Enrique Javier Rodríguez, Dinorah Divina Rodríguez Méndez y Claudio Enrique Javier Rodríguez.

Ellos han ido paso a paso, pero sostenido. Con un norte bien definido inculcando a sus hijos lo que aprendieron de sus padres, hasta lograr sus metas; el éxito familiar y la prosperidad de su negocio, cualidades de la pareja que conforman don Papín Rodríguez y Doña Dinorah Méndez, verdaderos íconos.

El trabajo, la disciplina, la coherencia y la humildad, son parte de los atributos que adornan a esta familia. La pareja conformada por Claudio Rafael Rodríguez Méndez (Don Papín) y Dinorah Elisa Méndez de Rodríguez tomaron las cosas en serio desde el primer día. Por eso es que recuerda cuando fue a pedir la mano al padre de doña Dinorah en un batey del Central Romana, le comentó sus planes de un proyecto de familia, de ahorrar y de irse a vivir a la ciudad, de cuyos resultados disfruta ahora. Su flechazo le llegó cuando la vio en un matiné del entonces Cine Colón. La siguió y fue su esposa ocho años después.

Al respecto sostiene: “Cuando uno hereda de sus padres, que el hogar sea un verdadero nido de amor, se aplica a sus hijos esa enseñanza; también, para yo llorar mañana que lloren mis hijos, hoy”, parte de su filosofía de vida de ahí es que los días 24 y 25 de diciembre, comparte toda la familia.

Don Papín considera que la crianza ha cambiado mucho en estos tiempos y de ahí los niveles de delincuencia, por lo que agradece el rigor de sus padres de levantarse temprano, cumplir con los compromisos y deudas y ser perseverante.

“Papá era un hombre muy laborioso, fue el mejor ejemplo que yo tuve”.

El legado Del matrimonio están sus tres hijas: Dinorah Divina, quien es farmacéutica y bioanalista, dice sentirse orgullosa de sus hijos; Andrés José Javier con 19 años, quien estudia Administración de Empresas; Claudio Enríquez con 18, que optó por el diseño gráfico y Eduardo Enríquez que está cursando el bachillerato.

Deborah es licenciada en Administración de Empresas y labora como ejecutiva de la línea en Punta Cana.

Mientras Cándida, la primera de las tres hijas del matrimonio, hizo un secretariado ejecutivo en la universidad APEC y ahora labora para una cadena hotelera en New Jersey.

Unidad Para doña Dinorah el éxito de sus 60 años juntos ha sido “aceptar el compañero, como es”, ella se autodefine “tranquila”, hacen química y todavía se tratan como “dos tortolitos”. Han viajado a Viena, por Europa, Centro y toda Suramérica, de cuyos lugares recuerdan anécdotas y peculiaridades.

Los negocios El mérito de la familia Rodríguez- Méndez se expande a los negocios.

Han logrado mantener y solidificar su establecimiento, como un verdadero emblema, frente al parque central de La Romana y conformar una familia ejemplar.

Siendo los propietarios de la Farmacia Dinorah, desde el 23 de febrero de 1971, cuando solo habían cinco en La Romana, hasta hoy que existen 70 establecimientos similares en la ciudad.

Trayectoria Don Papín quien regaba pan antes de ir a la escuela, laboró en bodega del Central Romana Store, en batey Nigua en 1952, aprendió creole; con Hilary Mayol donde ocupó posiciones ejecutivas y aprendió de comercio con Amador Pons, un español de Mallorca, quien con un colmado vendía de todo cerca de la iglesia en 1944 en La Enea en 1957-59.

Su responsabilidad le ha abierto todas las puertas, tiene buen crédito, ha pertenecido al Club de Leones, Los Rotarios, Casa Puerto Rico y presidido la Junta de directores de la Asociación Romana de Ahorros y Préstamos, entidad a la que sirvió por 29 años.

Aprendió a leer y escribir a los 7 años, cree que la base de su éxito ha sido el ahorro, cuando ganaba 50 centavos, ahorraba 23; ahora espera seguir sirviendo desde su negocio, junto a su esposa, al pueblo: “con amor y entrega, hasta el final de mis días, anhelando entregarle a mis hijas este nego- cio y que lo sigan”.

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