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DE CERCA

¿Cómo quieres que te recuerden?

Hace varios años tuve la oportunidad de asistir a un seminario de Robin Sharma. Entre los múltiples temas que trataba el coach internacional planteaba el temor que desarrollamos los seres humanos en torno a todo lo referente a la muerte.

El autor del libro “el monje que vendió su Ferrari” pidió a los presentes que al salir de la sala, y con la convicción de que la muerte es también parte de la vida, reflexionemos sobre la manera en que nos gustaría ser recordados cuando ya no seamos parte de este plano terrenal y demos inicio a trillar ese camino.

Algunos de los que estaban a mi lado calificaron de pesimista el plan, otros restaron importancia sobre la base de que después de haber fallecido ya no tenía importancia lo que la gente pensara sobre su vida.

A mí me pareció interesante y de inmediato inicié una serie de acciones enfocadas en “construir los recuerdos de mi vida”. Lo primero que pensé, por más descabellado que parezca, fue en no agregar preocupaciones a mis familiares, ya el dolor de perder a alguien que amas es desgarrador e inexplicable, lo sé porque lo he vivido.

Así que organicé un plan prepago de funeraria y de entierro en el cual pude elegir el modelo y el color del ataúd de mi preferencia.

No me dio miedo hacerlo y ante la mirada atónita de la encargada de ventas estudié cada ataúd con la naturalidad de quien va a elegir unos zapatos.

Si nos preparamos para la vida, por qué no hacerlo también para este momento, que aunque no sabemos cuándo, tenemos la certeza de que llegará.

Lógicamente, cuando mi esposo se enteró estaba muy preocupado, pensó que le ocultaba alguna enfermedad terminal, o que estaba enloqueciendo.

Por qué tanto miedo a morir, por qué no aprovechamos la vida para preparar nuestro encuentro con el Creador. Vamos a vivir en plena gratitud cada momento, a cultivar nuestra espiritualidad, a ayudar y apoyar a quienes nos rodean, y a dar amor...

El tiempo me ha enseñado a vivir “ligera de equipaje”, como siempre decía mi inolvidable compañero de trabajo, Julito Tejera. He aprendido a no complicarme la vida, y lo más importante, a no complicarle la vida a los demás.

Hay quienes quieren ser recordados como exitosos profesionales, escritores, músicosÖ Yo tengo una lista de cosas por hacer, confío en que Dios me dará la oportunidad de completarlas. Pero cuando pienso como quiero que me recuerden compruebo que cada día estoy más segura de que lo único que deseo es que cuando yo no esté, mis hijos sean hombres de bien, con arraigados valores, honestos, trabajadores, familiares y felices... Quiero que me recuerden por mi labor de madre.

¿Y tú cómo quieres que te recuerden?

¡Hasta el lunes!

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