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Un poco de la misma medicina

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ADOLFO VALENZUELASanto Domingo

Parece que los planes del presidente de Brasil, Michel Temer, de mantenerse en el poder hasta el año próximo, podrían desbaratarse, luego de que un empresario cárnico de la compañía JBS, Joesley Batista, decidiera entregar una cinta que grabó por 39 minutos, en la que el mandatario expresaba su acuerdo en pagar una coima a Eduardo Cunha, aquel congresista y político encarcelado, famoso por iniciar el proceso para derrocar a la exmandataria Dilma Rousseff, para que Cunha se mantuviera en silencio.

Luego de que el diario O Globo lanzara el asunto de la grabación, la poca paz que Temer, exvicepresidente, tenía en su gobierno, cuestionado desde el principio por la forma en que desplazó a su compañera de boleta, se deshizo en un instante.

Tras la ampliación del escándalo, porque, de verdad, ese “Lavadero de autos” (Lava Jato) tenía incontables vehículos y cada día aparecen más y más conductores... Temer ha tratado de mantener el control, pero desde la invención de mentiras burdas hasta aliados “muy cercanos”, han pedido que se retire. Petición denegada.

Primero informaron que la grabación en su contra “fue alterada”, o manipulada, y que había “malas intenciones”. Luego alegaron que debían hacerle una auditoría y estudiar la grabación original, “antes de que prosigan las investigaciones”.

Ayer, la defensa del mandatario presentó un recurso, que fue rechazado por la Corte Suprema, a través del cual se evite que Temer sea obligado a declarar ante la Policía en la investigación abierta por corrupción.

Todo va de mal en peor... el hecho de que el Partido Socialista Brasileño (7 senadores y 35 diputados) decidiera retirarle el respaldo significa que el proyecto de reforma al sistema de pensiones y a la ley laboral interna, será imposible de alcanzar para un país que todavía no ha podido superar la crisis económica, en parte uno de los factores usados contra Rousseff.

Temer no podría quitarse de encima el mote de “traidor”, porque por el camino que recorre, saldrá mucho peor parado que el destino que la clase le deparó a la Dilma del PTD.

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