Crece la presión sobre Rajoy para adoptar auténticas medidas anticorrupción

El jefe del gobierno conservador español, Mariano Rajoy, intenta desde el martes apagar el incendio desatado por un nuevo caso de corrupción, que ha llevado la preocupación hasta el seno de su partido a apenas un año para las elecciones generales. "En nombre del Partido Popular (PP) quiero pedir disculpas por situar en puestos de lo que no eran dignos a quienes aparentemente han abusado de ellos", dijo Rajoy el martes en una sesión de control al gobierno en el Senado. Rajoy, en el poder desde diciembre de 2011, hizo esta declaración apenas 24 horas después de que un juez español firmara al menos 51 órdenes de detención contra funcionarios municipales y regionales, y empresarios, en el marco de una investigación sobre una trama que en los últimos dos años habría concedido obras públicas por valor de 250 millones de euros a cambio de comisiones. Entre los detenidos figura un antiguo secretario general de su partido en la región de Madrid, y cuatro alcaldes madrileños del PP, que comparecían este miércoles ante el juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional (principal instancia penal española). Apenas 15 días antes, en plena crisis por el contagio por ébola de una auxiliar sanitaria, un juez también imputó a casi un centenar de personalidades por unas tarjetas corporativas de Caja Madrid, luego Bankia, opacas al fisco y utilizadas para gastos personales. Este asunto provocó la expulsión del exdirector del FMI, Rodrigo Rato, de su partido tras su imputación como antiguo presidente de la entidad. HartazgoLa última vez que Rajoy admitió un error fue el primero de agosto de 2013 cuando aceptó que se "equivocó" al nombrar a Luis Bárcenas como tesorero del partido y que se encuentra en el centro de otro escándalo. "Comparto su indignación y su hartazgo (de los españoles)", añadió el martes el jefe del gobierno español, que suele ser más frío en sus discursos. "Estas conductas resultan particularmente hirientes cuando lo españoles han tenido que afrontar tantos sacrificios y hacer tantos esfuerzos para sacar a nuestro país de la crisis" en la que se encuentra desde 2009, agregó. "Rajoy no podía esperar más", comentó este miércoles el diario conservador ABC, mientras que el diario liberal El Mundo aseguró que los "barones del PP habían trasladado" a la dirección del partido "su malestar por la falta de respuesta" al más alto nivel. "Cuando las alcantarillas huelen, hay que limpiar a fondo, no taparlas", llegó a afirmar públicamente José Antonio Monago, presidente (PP) de la región de Extremadura (oeste). Más allá del PP, el conjunto de la oposición pidió medidas y explicaciones. "Está asediado por la corrupción", dijo el jefe del principal partido de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, pidiéndole este miércoles que no pida perdón sino que asuma "responsabilidades políticas". "La corrupción puede ser el ébola de España", ironizó Rosa Díez del partido centrista UPyD, que ha hecho de este tema su caballo de batalla. Sondeos preocupantes"La situación empieza a ser límite", considera también el filósofo y politólogo Josep Ramoneda. "Hace 20 meses había prometido una serie de medidas contra la corrupción y desde entonces no ha aprobado ni un solo decreto", dijo. "Bárcenas era el tesorero de su partido, del que él era presidente y le ha restado toda autoridad", añadió, considerando que la multiplicación de casos judiciales que afectan al PP podría estar también relacionada con guerras internas, a un año de las elecciones ya que "casi siempre en política el enemigo está en casa". La clase política española espera los resultados de un sondeo que se publicará a principios de noviembre, que podría anunciar unos malos resultados para los grandes partidos tradicionales --PP y PSOE-- en beneficio principalmente de Podemos, nacido al rebufo del movimiento de los indignados. Este partido de extrema izquierda sorprendió al convertirse en la cuarta fuerza política en las elecciones europeas de mayo pasado. El próximo año habrá elecciones locales en primavera y generales en otoño boreal. La corrupción es la segunda gran preocupación de los españoles después del desempleo, con mucha ventaja sobre la inseguridad, el terrorismo o, incluso, el nacionalismo, según una encuesta publicada en septiembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).