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FOLCLOREANDO

Orlando (El Potro) Hernández

Con ese nombre artístico se conoce al músico saxofonista que dirige la Escuela de Música Típica Mariano Hernández, que lleva su nombre de pila. Un trabajo encomiable, donde ya tienen un año impartiendo clases de acordeón, saxofón, tambora, güira, piano, flauta dulce, lectura y teoría musical, en su pueblo de Navarrete, los lunes, martes y viernes, de 3:00 de la tarde a 7:00 de la noche. Estuve de visita en ese municipio hace como tres meses, invitada por el investigador de merengue típico, don Américo Mejía y me sorprendí al ver niñas y niños entusiasmados por aprender a tocar un instrumento típico. Hasta yo me entusiasmé y traté de hacer un esfuerzo por tocar unas notas en el acordeón, pero no, lo mío es el baile. Las clases son impartidas por profesores que lo hacen de manera voluntaria, además de donarles a algunos estudiantes instrumentos musicales para que se vayan desarrollando. Es un gesto digno de imitar, porque el merengue, ese de güira, tambora y acordeón que se va apropiando de otros instrumentos para darle más apertura, es el que nos identifica como pueblo y ese lugar donde está ubicada la escuela y sus zonas aledañas es la cuna de esa música y baile. Elogio el desprendimiento de los hermanos músicos Lusmery y Carlitos Almonte, Alberto Tavares, José Hernández, José Leonel Hernández, Clarissa Clase, Joanna Tavárez y su director, Mariano Hernández. Ellos han pensado en el legado que hay que dejarles a esos jóvenes, lo que les ayuda a que se concentren en lo que les gusta y más si van de las manos de sus propios padres y familias, como es el caso de los hijos de El Potro, Rolanyi y Orlando de Jesús Hernández, que tocan acordeón y saxofón, respectivamente. Hasta donde tengo conocimiento, solo conozco la Escuela Perico Ripiao, cuyo director es Ramón Martínez, padre de Yokaira Martínez, la Doncella del Acordeón y la Escuela óico Lora del Ministerio de Cultura, que dirige el acordeonista Lupe Valerio, con asiento en Santiago de los Caballeros. Ojalá que una institución oficial o privada le brinde un apoyo económico a este tipo de proyecto, más en estos momentos en el que el merengue, nuestra música y baile nacional fuera declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco. ¡Qué viva el merengue típico!

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