Realidad de muchos jóvenes: ¡Necesitas experiencia!

Elizabeth Báez es una joven que ha logrado, con esfuerzos, conseguir diversos empleos afines a su área; Alexander Bourdier representa al chico afanado que, aun teniendo un trabajo y carrera terminada, no deja de actualizar su conocimiento; mientras que Arismendy Gutiérrez es el vivo ejemplo de personas que ocupan puestos altos, teniendo una corta edad. Sin embargo, más allá de sus diferencias, tienen un elemento en común: la falta de experiencia laboral les impedía conseguir empleo.

Dieciséis años de edad, y Elizabeth ya sabía lo que quería; pero necesitaba experiencia para conseguir emplearse, y también lo sabía. Se presentó con una encargada de ventas, vistiendo uniforme de falda color caqui, con camisa azul, y le dijo: “Voy a trabajar aquí, y en tu puesto”, dejándole saber que estaba en disposición de laborar sin compromiso de pago en los primeros días, y que si veía buenos resultados que la integrara a la nómina, sorprendiendo con tanta seguridad a esta mujer, que le respondió: “Pues te espero en dos años”.

Al cabo de dos años y medio, la jovencita, que ya no usaba uniforme de escuela pública, y a quien la economía no la había favorecido, era la más eficiente de su departamento; sacaba los mejores resultados.

Situación distinta a la de Alexander, quien tuvo que ver cerrar varias puertas, antes de entrar por alguna. Teniendo sus conocimientos certificados en mercadotecnia, vio un anuncio clasificado sobre ventas, y se comunicó con el gerente.

Su primer intento fue fallido, pues este le indicó que el puesto implicaba manejar una cartera muy grande de clientes y de dinero, y que si le hubiese hablado aunque sea una mentira, y dicho que tenía un mes de experiencia, él lo empleaba.

Luego aplicó para otro puesto y se encontró con la misma situación, de no calificar por falta de práctica laboral.

En su penúltimo intento, sin lograr resultados positivos por la misma razón, quiso conseguir el puesto de supervisor de mercadeo de la zona norte, que estaba vacante. Se comunicó con la empresa para la entrevista. Luego de no poder ver ni siquiera a la persona de reclutamiento, estaba un tanto molesto. Situación de la que el encargado se enteró, y le externó: “A veces es mejor tener un buen mercaderista y no un supervisor que no esté preparado”, haciendo alusión al ejercicio previo de la profesión.

A estos casos se le suma el de Arismendy, del área automotriz. Una vez preparado en lo que a él le gustaba, decidió gestionar trabajos relacionados, resultándole imposible conseguir un puesto al principio, debido a la misma causa que se ha venido planteando.

Alternativas Cuando se tiene la validación curricular completa, pero aún no se ha podido laborar, lo adecuado es concentrarse en los conocimientos al momento de una entrevista de trabajo, explica Maribel Fernández, gerente de la agencia de empleos Servi Solution. “Demostrar dominio de los conceptos del momento, una idea de habilidades, así como presentar buena actitud, es lo ideal”, subraya.

Indica que enfocar las fortalezas, argumentar a favor, convenciendo a su paso de que se es el candidato idóneo; no resaltar la inexperiencia, y apostar con capital de confianza y actitud positiva hacia sí mismo, podrían ser las claves para insertarse en cualquier empresa; porque lo funcional se vende solo. Hacer cursos técnicos, voluntariados comunitarios, liderar grupos, entre otros, resulta útil; las compañías también buscan líderes y la comunidad es buen escenario para desarrollarse. Hace énfasis en la actualización, porque entiende que, incluso, alguien con vasta trayectoria de trabajo pudiera ser rechazado por la falta de vanguardismo en sus conocimientos.

“Hay que combinar la habilidad con la profesión, porque de lo contrario puede que el entrevistador en vez de verlo como una oportunidad, lo vea como un vacío, por falta de experiencia”, indica.