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Vida Sana

El miedo a no poder llevar un buen estilo de vida

El temor al fracaso no necesariamente se da por lo difícil o demandante del plan, sino por la inseguridad sobre si somos capaces de asumirlo.

Realidad. Hay para quienes este miedo representa un obstáculo a vencer

Realidad. Hay para quienes este miedo representa un obstáculo a vencer

El ser humano promedio, al menos una vez en su vida, se ha cuestionado sobre su capacidad de lograr algún proyecto exitosamente. Esta incertidumbre puede venir como resultado de alguna experiencia previa, de influencias por parte de familiares o amigos cercanos, de ciertas limitaciones o bien por la complejidad de la actividad a realizar, entre otras.

Sentir temor por fracasar no solo limita, también afecta la calidad de vida. Hay para quienes este miedo representa un obstáculo a vencer. Mientras que otros, que es la mayoría, tienen esa sensación de que no lograrán su objetivo aún sin empezar, pues lo que sienten es razón suficiente para desistir.

Muchas personas se cuestionan sobre su capacidad de cumplir con el compromiso, porque nunca ha sido fácil iniciar un plan de vida saludable. Limitar nuestra ingesta de comida, sustituir la mayoría de los alimentos que nos gustan, asistir a entrenamientos físicos varias veces a la semana de forma rigurosa y, por si fuera poco, esperar ver resultados rápidos para convencernos de que todo el esfuerzo no es en vano.

Pero más que nada, aunque estemos de acuerdo del sacrificio que conlleva hacer este cambio en nuestras vidas, el miedo al fracaso no necesariamente se da por lo difícil o demandante del plan, sino más bien por la inseguridad sobre cuán capaces nos sentimos de comprometernos con nosotros mismos.

No porque una persona haya logrado exitosamente su meta física quiere decir que no tuvo dudas sobre si la alcanzaría. Probablemente la diferencia fue que, a pesar de su incertidumbre, no se dio por vencida. Y de eso se trata, de aprender a superar los obstáculos que nos autoimponemos para permitirnos continuar hasta alcanzar el resultado deseado.

Sin señalar culpables, tratemos el temor como un problema personal e individual. Nadie es responsable de que cumplas tu promesa de llevar al pie de la letra un plan alimenticio y de hacer la parte física del programa. Por lo tanto, las excusas que involucran a terceros están descartadas.

Así pues, he aquí una guía para ayudarte a estructurar tu proyecto de salud de manera exitosa:

Dedícale tiempo a la planificación Ningún proyecto, por más sencillo que parezca, se lleva a cabo sin una planificación previa. Tómate un tiempo para conocer los planes del mercado. Visita diversos centros fitness o gimnasios, al igual que diversos nutriólogos, con el fin de elegir aquellos que mejor se adapten a tu estilo de vida. Toma en cuenta factores como el horario, la ubicación, las dietas (si son extremas y/o incluyen suplementos), las facilidades de pago, los instructores o coaches, el ambiente, entre otros.

Piensa en la fecha de inicio. Muchas veces nos autosaboteamos empezando dieta en vísperas de un viaje.

Traza objetivos realistas, alcanzables y a corto plazo Un programa natural y sano de pérdida de peso no debería exceder las 2.5 libras menos por semana. Pretender bajar 20 libras o más en un mes solo creará ansiedad, desesperación e incluso un efecto contrario al que se desea lograr. La mayoría de las veces, este factor es el que provoca recurrir a métodos extremos para perder peso rápido. Por esto es importantísimo que los objetivos sean realistas y alcanzables.

Al igual que en todo lo demás en nuestras vidas, trazar metas a corto plazo nos mantiene más activos que aquellas que tardan mucho en cumplirse.

Rodéate de gente positiva Aunque establecimos que el miedo es propio e individual, rodearse de personas con una visión positiva hacia la vida aporta mucho. De igual forma, aléjate de aquellas que harán lo posible para que desistas.

No te desanimes por no alcanzar un objetivo Identifica dónde estuvo el problema y corrígelo. A veces nos hacemos la percepciónerróne a de creer que inscribiéndonos en un programa de alta intensidad nos funcionará mejor que si elegimos uno que aparenta ser lo contrario, o asumimos que lo que al otro le funcionó debe funcionar para nosotros.

Busca apoyo con un coach de salud o un orientador No sentirte cómodo con tu apariencia física tiene un impacto negativo en la autoestima. De igual modo, conseguir cambiar todo aquello que no te gusta por medio de una alimentación sana y rutinas de ejercicios puede cambiar la percepción que tienes sobre ti mismo y elevar tu estima y seguridad, no sólo por la parte física, sino más bien por la satisfacción de haberlo logrado.

Lo peor de tener miedo al fracaso no es hacer algo y no conseguir un resultado exitoso, es ni siquiera haberlo intentado. Busca dentro de ti las razones por las que decidiste hacer el cambio y aférrate a ellas.

Que no te preocupe lo que puedan pensar los demás o el ritmo al que tengas que ir. Reconoce tus debilidades y fortalécelas. No más excusas y confía en ti.

Planifica. Piensa en la fecha de inicio. Muchas veces nos autosaboteamos empezando dieta en vísperas de un viaje.

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