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La sostenibilidad en la educación superior

La visión del doctor Hazoury Bahlés cuando mostró su interés por la conservación del medio ambiente, ha dado frutos, y hoy la educación superior no excluye de su sistema de enseñanza programas tendentes a respaldar las iniciativas sobre el particular.

La filosofía de la Universidad Iberoamericana (Unibe) se apega a la referida visión de su fundador. Lo demuestra con la implementación de una labor que se percibe desde su campus verde, así como a través de acuerdos firmados con instituciones que trabajan el tema, mediante campañas institucionales para promover el cuidado del medio ambiente, el reciclaje, la investigación y el abordaje multisectorial y multifactorial en pro de crear conciencia colectiva entre sus estudiantes.

Este trabajo lo desempeña a través del trabajo conjunto de diversas unidades: el área de Ciencia Ambiental, las Escuelas, el Decanato de Investigación, y como brazo ejecutor, el Departamento de Servicio Comunitario, del que Rubén Darío Gómez, su coordinador, informa que las acciones las emprenden tomando en cuenta por encima de todo el bienestar del ser humano.

Desde su punto de vista: “Una institución de educación superior no puede desarrollarse íntegramente sin un intercambio con las comunidades de su entorno. Mediante estrategias de aprendizaje basado en el servicio, y con proyectos de acción social aportamos para encontrar soluciones a las problemáticas comunitarias, y conectar con la realidad nacional del país”, puntualiza Gómez.

Explica que cada proyecto se desarrolla desde la Vicerrectoría Académica, las 16 Escuelas, el Departamento de Servicio Comunitario, Ciclo General y la Dirección de Planificación y Desarrollo Institucional; todos bajo los lineamientos del Plan Estratégico Institucional y del Comité de Sostenibilidad Ambiental de la institución.

Una labor que involucra a todos La biodiversidad, más que un término, es una filosofía de desarrollo para todos en Unibe. Mediante un proyecto manejado y supervisado por el profesor Simón Guerrero, la Institución dispone de plantas endémicas en su campus.

No es un trabajo para una sola persona. Rafael Vargas, encargado de la Dirección de Planificación y Desarrollo Institucional sostiene que medir la sostenibilidad es contar con indicadores económicos, ecológicos y sociales.

“No podemos tratarlos como tres conceptos separados, sino como un metaconcepto. Es que para consolidar estos tres términos, en la institución han elaborado un Plan Táctico alineado al Plan Estratégico Institucional y, en base a ello han desarrollado cinco grandes objetivos y 33 proyectos, medidos con 22 Indicadores puntuales que alertan e informan el status de cada objetivo”, asegura.

Vargas explica que para lograr los objetivos, el citado Comité de Sostenibilidad Ambiental se reúne dos veces cada semestre y, de esta manera, dan respuestas científicas a situaciones ambientales que se dan dentro del campus y que impactan fuera de él.

Recuerda que una de las primeras muestras que dio la casa de altos estudios de que trabaja por la preservación del medio ambiente, la ofreció cuando en el año 1989 se instauró el premio de Unibe Ciencia Ambiental, con motivo del Día Mundial del Ambiente.

El papel de las 3R “Estamos trabajando en varios aspectos: hay que sensibilizar llevando un mensaje para que las personas se sientan involucradas; hay que difundir lo que se está haciendo usando todos los recursos posibles, sobre todo la tecnología, y lo más importante, hay que concretar esta filosofía como lo estamos haciendo a través de acciones como el cambio de bombillas (Led), el sistema de Aulas Verdes, aulas climatizadas con cristales especiales, el manejo y tratamiento del agua y el manejo de los desechos a través de las tres R2s Reducir, Reusar y Reciclar”, asegura Milagros Rodríguez, coordinadora del Comité de Sostenibilidad Ambiental.

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