SONRÍE CON SALUD
Aliméntate bien y crecerás con dientes sanos
En los últimos tiempos ha surgido un interés muy marcado de concienciar sobre la importancia de tener una correcta nutrición y dieta adecuada. En nuestra área la cavidad bucal es de mucha importancia, ya que estas (la nutrición y la dieta) intervienen de una forma decisiva en el desarrollo de los dientes, tejidos gingivales, huesos de los maxilares y hasta en la prevención de enfermedades bucales.
La nutrición tiene un efecto a nivel general o sistémico y su calidad interviene en el desarrollo y conservación de la cavidad bucal a diferencia de la dieta que tiene efectos locales en la integridad de los dientes, ya que el tipo, la forma y la frecuencia de comidas y bebidas consumidas tienen un efecto directo en los dientes, ambas van de la mano, pues influye directamente en la cavidad bucal.
El desarrollo de los dientes temporales (dientes de leche) y la mineralización inicia desde la vida intrauterina y sigue hasta la adolescencia en la que finaliza con el tercer molar. De ahí la importancia de que desde el inicio del proceso de gestación se deben suplir los nutrientes necesarios para un buen desarrollo de los dientes y que estas intervienen en todas las fases de su desarrollo, erupción y conservación. Aunque ya la pieza dental esté presente en la boca, los nutrientes y la dieta siguen influyendo tanto en su desarrollo como en su mineralización. La ausencia de nutrientes adecuados afectan el desarrollo de los dientes como alteraciones en la formación del esmalte (muy común en nuestro país) retraso de la erupción, disfunción de las glándulas salivares, etcétera.
Después de saber la importancia de los nutrientes y de tener una buena dieta para nuestros dientes mencionamos algunos de los nutrientes que se necesitan para un buen desarrollo: el calcio que constituye una gran parte de nuestros dientes y huesos y su deficiencia puede alterar el esmalte, defectos de desmineralización, enfermedades de encía y caries. El calcio se puede encontrar en productos lácteos como leche, queso, yogur, almendras y vegetales de hojas verdes. El fósforo ayuda a depositar minerales resultando dientes más fuertes. Dentro de las comidas altas en fósforo tenemos carnes, huevos y pescado. El hierro se relaciona con el funcionamiento del sistema inmunológico, su deficiencia puede desarrollar úlceras en la boca, enrojecimiento de la lengua, hinchazón de los tejidos de la mucosa y enfermedad periodontal. La vitamina C juega un papel importante en el metabolismo del colágeno que compone gran parte de las encías y los huesos, su deficiencia puede causar inflamación de encías (gingivitis) y movilidad dental. Sin la vitamina D el calcio no se puede absorber correctamente, tiene que ver con el buen funcionamiento del sistema inmune y la remineralizacion de los dientes. Son también necesarios las vitaminas B12 y B2 para el sistema inmune, la vitamina B3, los ácidos grasos, omega 3, el zinc y los probióticos.