Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

Domingo de Ramos: inicio de la Semana Mayor

Avatar del Listín Diario
Maruchi R. de ElmúdesiSanto Domingo

Hoy es la procesión de los ramos, con las palmas cuyo remanente se quema y se usa luego como cenizas al comienzo de la Cuaresma.

El Domingo de Ramos es la recordación de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde será juzgado y condenado a muerte de cruz, la peor muerte que se pudiera esperar para una persona.

Vemos cómo es alabado por los mismos que luego van a pedir su muerte. ¡Increíble! ¡Qué cambiante es el ser humano! Con el Domingo de Ramos damos inicio a la celebración litúrgico-religiosa de la Semana Mayor o Semana Santa, “la gran oportunidad de medir mi grado de fidelidad al Señor”. El Salmo de hoy es el que recitó Jesús en la cruz, cuando llegaba su hora: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Él va a morir por mí, y yo tan campante, como si esta decisión no me fuera a afectar en nada.

Él me ha devuelto la vida eterna, me ha hecho parte de su vida divina, y no puedo pasar tan siquiera una semana al año sin hacer un alto en el camino, y reflexionar ante este gran misterio de amor y gratuidad.

¡Tengo tantas distracciones! ¡Tengo tantos planes! Y parece que esa es la idea: Evitar que entremos en relación íntima con Dios, en el silencio.

¡Distráiganlos! ¡Manténganlos ocupados en nimiedades de la vida e inventen innumerables proyectos que ocupen sus mentes! ¡Tiéntenlos a gastar, gastar, a pesar de la crisis! Hoy en día, nos levantamos bien tempranito a hacer ejercicios, al gimnasio, (porque ya no se puede caminar por las calles), y eso está bien. Pero, para el Señor no tenemos tiempo. Ni tan solo una media hora en las mañanas o en las tardes, para acompañarle con una oración ante el altar, o delante, del Sagrario. ¡Cómo nos cuesta darnos a nuestro Señor! ¡Qué insensibilidad cristiana, está mostrando el mundo de hoy! No aceptamos el dolor cotidiano, los inconvenientes, las dificultades y enterramos la cabeza como el avestruz, para no sufrir bajo ningún concepto. Todo es evasión, todo es superficial. No profundizamos en las realidades que se nos presentan cada día para relacionarnos con el otro. Mi mundo, solamente está programado para gozar, solamente “predica” el placer, la diversión. Es una forma de impedir, que conozcamos la Verdad. Esa verdad, que es la que nos hace libres. ¿Pero, quien quiere gente libre? Esa no sigue nuestros mandatos. Esa no compra nuestros “productos”, esa no entra dentro del “marketing”. La gente libre sale muy cara, porque exige. Y ¡tenemos que cumplir sus demandas! Por eso hemos convertido la Semana Mayor en una semana turística, y el tiempo que debería ser de santificación, lo hemos transformado en tiempo de vacaciones.

Y qué decir del Miércoles Santo: donde recordamos al “Varón de Dolores”, al Nazareno, donde vivimos con él su pasión, la entrega voluntaria de Cristo al sufrimiento y la muerte; el Jueves Santo, con sus tres conmemoraciones: La Institución de la Eucaristía, la Institución del Sacramento del Orden Sacerdotal, y la promulgación del mandamiento nuevo del amor. Ninguna definición se ha dado del Jueves Santo que sea más expresiva y verdadera que la de “Fiesta del Amor”. El Viernes Santo con su silencio y saludo a la cruz, donde Cristo pagó el precio de nuestra redención: La sangre de Cristo, con valor infinito. Un verdadero acto penitencial para reconocernos pecadores y pedir a Dios que nos dé la fuerza y valor para pedir perdón. Este viernes se escuchan también en la Catedral las 7 palabras. Nos trasladamos en espíritu al Calvario, al campo de batalla, de la última batalla que Cristo va a librar con sus enemigos para conquistar para Dios la humanidad. En fin, toda una semana para “vivir” con Jesús su pasión, muerte y resurrección, con la alegría de los hijos de Dios, al que Jesús nos devolvió la verdadera vida. Meditemos en este gran misterio Pascual.

Tags relacionados