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FÁBULAS EN ALTA VOZ

Visitas sorpresa que ya no sorprenden

Siempre me parecieron innovadoras e interesantes las visitas sorpresa del jefe de Estado a diferentes puntos del país. En su primer cuatrienio la modalidad junto a otras medidas, estuvo bien, y el 62% de los votos que obtuvo en las elecciones de 2016 así lo dejaron saber. Facilidades para que los productores se desarrollen, evaluaciones a los campos y otros buenos resultados se han desprendido de ellas. Pero nuestra realidad hoy es otra. No es que se descuiden esos sectores productivos del país, pero se hace necesario un cambio de método para dar seguimiento a los males que afectan a nuestros campesinos, así como también, la puesta en marcha de planes contundentes que den respuesta al rosario de problemas que aqueja a toda la población. Desde mi punto de vista, ya este recurso está diluido, al punto de que las visitas sorpresa ya no sorprenden.

La gente quiere acción, y no precisamente la que exhibe un grupo de guardaespaldas cuando de manera audaz se lanza desde yipetas, camionetas, motores y cuántos aparatos haya en señal de que ha llegado el presidente a un lugar donde ‘no lo estaban esperando’.

Mi percepción es también la de muchos dominicanos que, en búsqueda de soluciones a la corrupción, la impunidad, la criminalidad, al mal funcionamiento de algunas instancias del Estado, al cobro abusivo de impuestos y a muchos otros tantos temas que nos desgastan la existencia se han transportado a una ciudad fabulosa para observar cómo son sorprendidos allí sus habitantes. Valió la pena el viaje. El método es otro. Las autoridades sí llegan sin que nadie les espere, pero lo hacen para sorprender a los funcionarios corruptos, para agarrar infraganti a los que sobornan y se dejan sobornar, para impedir que representantes de las entidades del Poder Ejecutivo tengan injerencia en la Justicia y el Congreso; así como para atrapar con las ‘manos en la masa’ a quienes atentan contra los recursos del Estado, creyéndose dueños y señores de las entidades gubernametales. Para realizar esas visitas, un comité formado por personal de diferentes organismos públicos, privados y de la sociedad civil investiga y evalúa previamente cada caso y, cuando obtienen los resultados, los presentan a las máximas autoridades, las que se apersonan en el lugar de los hechos y toman las medidas correspondientes. Su accionar no es sorpresa para un pueblo que confía en sus gobernantes, pues la transparencia es la candidata por excelencia en todas las ternas políticas. Es por la que votan. Uffff demasiado fabuloso, pero lo único que esto nos recuerda es que en la realidad, los dominicanos solo tenemos unas visitas sorpresa que ya no sorprenden.

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