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¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

“Les infundiré mi espíritu, y vivirán”

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Maruchi R. De ElmúdesiSanto Domingo

Quinto Domingo de Cuaresma. Ya se acerca nuestra liberación, pues resucitaremos con Cristo, el Señor, como nos lo había prometido, por medio de sus profetas.

Todas las lecturas de este domingo nos hablan de la resurrección, a la que todos hemos sido llamados.

En la primera lectura tomada de la profecía de Ezequiel, el Señor nos dice: “Yo mismo abriré sus sepulcros, y les haré salir de sus sepulcros, pueblo mío, y les traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra sus sepulcros, y los saque de sus sepulcros, pueblo mío, sabrán que soy el Señor. Les infundiré mi espíritu y vivirán, les colocaré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo digo y lo hago” (Ez 37, 12-14).

El Salmo nos habla de la misericordia del Señor, y su redención copiosa. Y San Pablo en la Segunda Lectura nos dice a los cristianos que ya no estamos sujetos a la carne sino al Espíritu del Señor, que ya habita en nosotros. Y si el Espíritu del Señor habita en nosotros, “el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en nosotros”, (Rom 8. 8-11).

El Evangelio de Juan nos habla de la resurrección de Lázaro. ¡Qué mayor regalo nos da el Señor!, cuando recordamos que después de estar cuatro días enterrado, su amigo del alma, Lázaro, es despertado por el que es la resurrección y la vida. Y, ante el asombro de todos, les dice a Marta, la hermana de Lázaro: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? Y entonces ora al Padre diciendo: Padre, te doy gracias porque me has escuchado, yo sé que tú siempre me escuchas, pero, lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado”, y dicho esto, gritó con voz potente: Lázaro, ¡ven fuera! El muerto salió, los pies y las manos atadas con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús le dijo: “Desátenlo y déjenlo andar”. Y muchos creyeron en él (Jn 11, 1-45).

¿Qué significa para nosotros esto? ¿Creemos en la resurrección de los muertos?

Pienso que si verdaderamente creyéramos en la resurrección después de nuestra muerte, nuestra vida debiera ser diferente a la que vemos en nuestro alrededor. El mundo de hoy no parece que cree en la resurrección, porque la violencia que nos arropa deja mucho que desear. Quizá nuestra evangelización no ha sido efectiva, ni nuestro testimonio de vida tampoco. Hemos visto en la televisión en estos días la actuación de algunas personas con un joven que encontraron robando y lo estaban matando a palos y patadas, sin ninguna misericordia. Tuvo que venir la policía para impedirlo. Y dizque somos cristianos. Pero, la corrupción y la impunidad en nuestra sociedad hacen que las personas se quieran tomar la justicia con sus propias manos. Nosotros debemos de poner todo de nuestra parte para “cristianizar” nuestra sociedad, pues como nos dice S.S. el papa Francisco: Sólo el amor nos puede salvar”. Pero, ¿amamos?, ¿quién nos ha enseñado a amar?, ¿dónde hemos aprendido a amar? Como vemos no es tan fácil la vida que nos ha tocado vivir ni el mundo en que estamos viviendo. “La mirada del amor no discrimina ni relativiza porque es creativa. El amor gratuito es fermento que dinamiza todo lo bueno y lo mejora y transforma el mal en bien, los problemas en oportunidades. El que mira con mirada de ágape descubre las

Potencialidades que están activas en la ciudad y empatiza con ellas, fermentándolas con el Evagelio”. Amén!. (S.S. Papa Francisco en su obra “Solo el amor nos puede salvar”).

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