Hermanos conocen nuevos mundos a través de los libros

“La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso” es una frase del escritor Francis Bacon, mas en el siglo XXI, específicamente en la era de los “millenials”, es poco común encontrar a adolescentes que se interesen netamente por la lectura y la cultura, pero dos chicos oriundos de San Cristóbal han cultivado este hermoso hábito, que les ha ayudado a desarrollarse tanto en su vida personal como estudiantil.

Los hermanos Darihanna y Darihel Mesa, de 16 y 9 años respectivamente, han logrado a su corta edad ser autores y amantes de los libros.

Sus padres, en vez de juguetes, les regalaban libros para que se fueran familiarizando con la lectura. Desde entonces se han convertido en un trozo de su existencia, incluyendo el primero que leyeron, “La ratita presumida”.

A pesar de la complejidad que conlleva entender grandes obras de la literatura dominicana, estos hermanos han asumido el reto y consideran a escritores como Ángela Hernández, Aída Cartagena Portalatín y René del Risco Bermúdez, como sus modelos a seguir.

Darihanna, apenas con 6 años se inició en el mundo de la redacción publicando su primer libro, titulado “El hombre y los lobos”.

“Mis compañeros no saben que soy escritora, pero los que tienen conocimiento de qué hago, me felicitan”, resaltó la joven.

En tanto, su hermano se adentró en la escritura a los 4 años y aunque no tenía la facultad de redactar, le dictaba las frases a su madre para que las escribiera.

Darihanna tiene una fascinación por “El viento frío”, de René del Risco, y “Aura”, de Carlos Fuentes. El chico no tiene un libro favorito porque a todos los quiere por igual.

Darihanna ha escrito tres libros, entre estos “No puedo tocar el piano” y “El Mimígena”, mientras que su hermano lanzó a los 7 años su primera publicación titulada “El rostro de mi voz”.

Su inspiración proviene de los paisajes de su pueblo San Cristóbal; cuando detienen su mirada en algo interesante, lo admiran y lo plasman en sus escritos.

Un mensaje que les dan a los jóvenes es que para viajar a otros planetas, universos o lugares, hay que leer; y que la escritura sirve como escape ante el estrés.

Rol de los padres Ysabel Florentino y Ramón Mesa, padres de los jóvenes escritores, declararon que como educadores empíricos tenían un propósito: crear un ambiente favorable donde sus hijos se involucraran de manera natural en el arte, la literatura y la cultura en sentido general.

Los libros han sido un pasaporte para conocer chicos que han desarrollado su misma virtud, dijo la pareja, que dirige la Fundación Literaria Aníbal Montaño (FLAM).

La lectura es primordial para el desarrollo óptimo del cerebro y hermanos como Darihanna y Darihel demuestran que a su edad han construido una gran madurez, tienen un dominio de la lengua y además un amplio conocimiento de la cultura general.

“No es que (los jóvenes) no quieren leer, es que si no les das las herramientas, ni tienen acceso al libro, no podrán entrar al mundo rico e imaginario que tiene la lectura”, expresó Florentino.

OPINIÓN JOVEN

“Haz que las cosas pasen” La frase por sí sola lo dice todo. La realidad es que las oportunidades hoy en día son muy escasas, pero es decisión de cada quien que ellas le puedan tocar. Querer y desear que las cosas sucedan no es suficiente, es necesario motivación, valentía y hacer todo lo posible para que ocurran. Dar todo de ti por eso que tanto quieres y poner el corazón podría ser la clave para lograrlo. Confía en ti.

Nuevas oportunidades En muchas ocasiones, nos sentimos desesperanzados al saber que hemos fracasado en algún momento de nuestras vidas y olvidamos que cuando se nos cierra una puerta, más adelante se nos abre una infinita cantidad de ventanas llamadas ‘Nuevas oportunidades’. No te ofusques si no se cumplieron tus expectativas, recuerda que no siempre las cosas suceden como las esperamos. Así que no te lamentes por lo que no pasó. Si te caes, levántate renovado y con más fuerza para seguir luchando.

¡Me llamaron mediocre! Antes de estudiar Comunicación Social fueron muchas las objeciones que escuché. Me dijeron que sería una comunicadora mediocre y que no iba a poder con esta carrera que tanto me gusta y para la que sé que soy apta. Entonces, me puse a estudiar locución, a seguir esforzada en el colegio y en la universidad, a desarrollar todo lo que ya sabía. Demostré que pude, puedo y podré. No permitas que nadie te subestime, ni siquiera tú. Puedes llegar donde quieras, propóntelo.