KAIRÓS
Supliquemos al Señor
“Sálvame, Señor, por tu misericordia”. En esta vida tan convulsionada que vivimos, en la que no comprendemos las manifestaciones extrañas que observamos en todos los órdenes, es aconsejable que con profunda fe supliquemos al Señor que nos libre de la tanta inmundicia que nos rodea.