Trasplante renal en niños

Hace unos 15 años recibí una llamada dramática de una joven madre a quien conocía muy bien. Entre sollozos me contó que su pequeña de siete años estaba ingresada en el hospital infantil y que en ese momento la estaban hemodializando de emergencia por primera vez, pero con pronóstico de permanecer en ese tratamiento de manera indefinida. Situación que solo podía revertirse con un trasplante del riñón. En los siguientes tres meses junto a sus padres, sus nefrólogos pediátricos y el equipo de la Fundación Dr. Baquero, hicimos todo lo necesario para que con la donación de un riñón de su padre, se realizara el trasplante.

Hace poco me encontré con ella. Toda una joven mujer, había estudiado la carrera de educación especial en la universidad, y trabaja como profesora en el mismo colegio que la vio crecer y superar la enfermedad renal crónica. Que aunque es menos frecuente, no exime a los niños de padecerla por diferentes causas. Y en ellos es donde el trasplante renal toma una mayor importancia, porque en tratamiento de diálisis no tendrían futuro. Es solo una manera de sobrevivir algún tiempo.

En nuestro país es inquietante el reducido número de niños con insuficiencia renal crónica que logran un trasplante. Aunque solo existen dos unidades de hemodiálisis pediátricas en el hospital Robert Reid Cabral de Santo Domingo, y Dr. Arturo Grullón de Santiago, casi todos esos niños deberían ser una prioridad del país para lograr trasplantarlos. Pero el medio sigue siendo estrecho para estos casos, ya sea por políticas hospitalarias del sistema de salud o por escasos recursos.