Alegres sacrificios

Emma fue a la iglesia el Miércoles de Ceniza y regresó con una gran cruz de ceniza en la frente. Me dijo que en esta Cuaresma va a hacer una serie de sacrificios, pero no me quiso decir en qué consisten, de todas maneras anda con cara de arrepentimiento y no hemos vuelto a oír su risa cantarina. Mi hijo menor llegó de visita y al ver a la contrita factótum, no pudo menos que reírse, ella lo obsequió con una cortada de ojos, pero mi benjamín con risa contenida le dijo que Jesús era muy alegre y no le gustaba que la gente estuviese triste o melancólica. Aquello llamó la atención de mi morena cocinera por lo que mi hijo continuó recordándole que los santos por lo general eran alegres y risueños porque estaban en gracia de Dios, redondeó su plática recordándole que el papa Francisco es una persona alegre, risueña y optimista. Emma reaccionó dándole un sonoro beso, acompañado de una carcajada, luego se dedicó a prepararle una sabrosa merienda en tanto tarareaba una conocida canción. Yo le di las gracias a mi hijo por su oportuna intervención porque francamente, había pensado que nos pasaríamos la Cuaresma peor que en un convento de clausura. Después de que se fue mi hijo, Emma me dijo que había cambiado de sacrificios y que lo que piensa practicar no le va a quitar la alegría ni el optimismo, aprobé con alivio su decisión y le dije que yo haría lo mismo.