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DE LIBROS Y LIBRERÍAS

RD en peligro que asecha el mundo

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María Antonietta RonzinoSanto Domingo

Estoy preocupada por la situación que impera en el mundo, de la que nuestro país no ha sido excluido.

Para mostrarles cuán mal siento esto, les traigo a colación una historia vivida.

Un día iba a trabajar con mi buen amigo Freddy Beras Goico a San Francisco de Macorís. Él me llamó por teléfono para decirme que ya venía a buscarme, siempre me daba ‘bola’.

Cuando llegó por mí, yo estaba trabajando en el salón de belleza que había instalado en mi casa para poner en práctica mis estudios en Vogue School, en Nueva York. Pues bien, cogí todas mis prendas de oro, compradas en mis viajes artísticos por Nueva York, Panamá, Venezuela, Puerto Rico, Ecuador... Las puse en mi maletín de viaje y nos fuimos. A la hora del ‘show’, me puse un traje de lentejuelas negras y blancas y un juego de fantasía española comprada en las tiendas de zona franca en Caucedo, porque consideré que el oro no le quedaba bien a ese atuendo. Fatal decisión, pues le dije a una señora en el lugar de la actuación, que me vigilara el maletín con todo aquello y al regresar todo había desaparecido.

No valió ninguna diligencia, inclusive Marcos, que en ese entonces era mayor piloto de la FAD, viajó a San Francisco de Macorís, pero yo temí que el involucrarse en ese asunto, le hiciera daño a su carrera militar.

Era una época muy difícil y con mucho dolor tuve que olvidarme de mi tesoro.

Después de ese percance me han ocurrido otros. Una tarde fui a la Arzobispo Meriño y al salir de mi vehículo, un adolescente me quitó mis gafas y salió corriendo en vía contraria.

Igual que en aquel entonces fui a todos los lugares correspondientes a poner denuncias y no pasó nada.

Bueno, en una importante reunion de artistas para apoyar la candidatura del Presidente Medina, en el hotel Jaragua, me llevaron el celular. Parece que en un momento lo dejé en el asiento y se esfumó. La semana pasada transitaba por la avenida Tiradentes, mientras llamaba al programa “En la Mira” para conversar con sus productoras, olvidé subir el vidrio del auto, y sólo sentí un golpe en la cabeza y escuchaba a todos los del enorme tapón gritar: “Policía le robaron el celular”, pero los ladrones se alejaron con el aparato.

He ido a todas las instancias competentes.

Definitivamente, hay que estar muy alerta en todo, pues cualquier descuido cuesta muy caro. Gracias a Dios todavía estamos aquí con vida, y todos estos incidentes y otros que nos han pasado, no han sido peores.

Hay que recordar siempre que los que mal viven y viven del cuento, no pierden tiempo para cometer sus fechorías. Eso es a mí y aquí, el mundo está en esa onda y todos somos vulnerables.

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