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Cuide la salud visual de su niño

Los menores deben recibir su primera evaluación al cumplir los tres años de edad si no presentan problemas antes.

Los niños pueden presentar problemas visuales desde temprana edad, es por ello que los padres deben saber cuáles son las señales que indican si sus pequeños tienen alguna anomalía.

Según la oftalmóloga Yesenia Matos, los niños deben recibir su primera evaluación oftalmológica al cumplir los tres años, siempre y cuando no se presente ningún signo o síntoma de importancia antes de esta edad.

Después, dice, este chequeo se tiene que repetir una vez al año o como sugiera el oftalmólogo.

¿En cuáles circunstancias los niños deben ser evaluados antes de los tres años? Matos señala que en el caso de los prematuros es indispensable un primer chequeo cuatro semanas después de haber nacido, para detectar o descartar la posibilidad de retinopatía del prematuro, una enfermedad que puede llevar al niño a la ceguera.

“Pero esta no es la única condición que pudiera padecer un infante, también puede presentar signos de un posible padecimiento visual. Por ejemplo, un bebé que después del tercer mes de nacido no tenga seguimiento a luces, objetos, que no fije la mirada, que desvíe los ojos o que presente una pupila blanca también necesita una evaluación oftalmológica temprana”, explica la especialista del centro Ver Kids.

Agrega que estos síntomas pueden llevar a detectar patologías como un retinoblastoma, que es un tumor ocular o cualquier otra condición que tengan los ojos del pequeño.

En edad escolar De acuerdo con Matos, los niños en edad preescolar también pueden presentar signos de algún problema visual.

“El niño que tropieza mucho al caminar o correr, que se acerca para ver la televisión, que entrecierra los ojos con mucha frecuencia, que presenta desviaciones en los ojos o se los frote mucho, es probable que tenga algún defecto refractivo como miopía, astigmatismo o hipermetropía. Si tiene desviación en uno o ambos ojos es posible que sea un estrabismo”, señala.

La especialista agrega que, cuando estos defectos visuales no están bien corregidos, pueden derivar en otros problemas como ambliopía (ojo vago), que debe tratarse antes de que el niño cumpla los siete u ocho años de edad.

Añade que los problemas visuales pueden llevar a los niños a presentar bajo rendimiento escolar, “y en el caso de los que padecen estrabismo, es frecuente que sean objeto de burlas y abusos por parte de sus compañeros, dando como resultado problemas de autoestima”.

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