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¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

¿No saben que son templos de Dios?

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Maruchi R. De ElmúdesiSanto Domingo

…y que el espíritu de Dios habita en ustedes. Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo son ustedes. Que nadie se engañe”. El mundo de hoy desea que nos hagamos daño unos a otros. ¡Qué pena! Cuando oímos a través de los medios de comunicación incitando a las madres a matar a sus propios hijos, porque la madre está por encima del niño indefenso que no ha pedido nunca estar donde se encuentra, no hacemos más que sentir pena, y como decía Teresa de Calcuta: “Ese día perderemos toda nuestra humanidad”.

Los padres son los irresponsables, los que por simple disfrute de su sexualidad sin pensar en las consecuencias, traen hijos al mundo para después ‘botarlos’, en cualquier lugar sin ningún remordimiento o dolor de conciencia.

“Los cursos de educación sexual que implementan en algunas escuelas o liceos, instruyen bien sobre la dimensión orgánica del sexo, pero olvidan su dimensión espiritual, que es la que ofrece una dignidad, una grandeza, una belleza que empareja al hombre con Dios- Amor.” (Juventud y Castidad del P. Mateo Andrés, S.J.).

Pero para eso, tenemos que pedir al Señor el don de la fe.

Sin fe es difícil ser un buen cristiano, y entender lo que desea el Señor de nosotros, y vivir conforme a Su Ley de Amor y de Esperanza.

Ser Templo del Espíritu Santo, es algo sumamente importante.

Es el mismo Dios quien nos considera capaces de guardarlo dentro de nuestro corazón.

¡Es increíble! Y qué poco nos hacemos cargo de esta gran responsabilidad. Solamente así seremos capaces de amar a nuestros enemigos, como nos dice la lectura del Evangelio de hoy: “Han oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Yo, en cambio, les digo: No hagan frente al que les agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo en cambio, les digo: Amén a sus enemigos, y recen por los que les persiguen.

Así serán hijos de su Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si aman a los que les aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludan solo a los hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los gentiles? Por tanto, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. (Mt 5, 38-48).

Solamente con el Espíritu Santo dentro de nosotros seremos capaces de vivir como nos lo dice Jesús en su Evangelio hoy. Ser perfectos que es lo que quiere el Señor de nosotros.

Pero sin un encuentro personal con Él, pienso que no podremos hacerlo nunca. Aunque para Dios no hay nada imposible.

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