Amores que valen más que el oro

Juana y Cesario, Flor y Cristóbal, Pedro Pablo e Isabel, Leonida y Emilio, Jesús e Iluminada son cinco parejas que han vivido más de 50 años juntos, y este San Valentín han abierto sus corazones para contar los inicios de su amor y lo que consideran ha sido clave para una unión de tantos años.

Son cuatro historias en las que ha reinado el amor y el respeto, mismos valores con los que, dicen, han formado su familia.

Entre risas y recuerdos añejos que le han hecho revivir dulces momentos de su juventud, así cuentan cómo empezó todo:

Flor Milagros Guzmán, 83 años, y Cristóbal Cirilo Guzmán Fernández, 87 años

Todavía el pasado viernes seguían celebrando sus 60 años de casados.

“Éramos jóvenes. Él tenía 23 y yo 20. Nos enamoramos. Nos hicimos novios, como era antes, de manita agarrada. Nos casamos casi a los tres años de noviazgo, un 10 de febrero de 1957 y todavía estamos juntos hasta que la muerte nos separe”, dice Flor.

De una manera chistosa, Cristóbal comenta que quiso a Flor desde el primer momento en que la vio, porque era una mujer hermosa y de buena familia.

Procrearon ocho hijos (cuatro hembras y cuatro varones). Ambos coinciden en que nunca pensaron en celebrar sus 60 años juntos. “Uno nunca piensa en eso. Solo en casarse y tener hijos”, opina Flor.

De su esposo le gusta su fidelidad y lo bien que la ha tratado.

Actualmente, dice, en las relaciones han cambiado muchas cosas. Opina que ahora hay más inestabilidad en las parejas.

Juana María Tineo Terrero (83 años de edad), y Cesáreo Reyes María (82 años)

Tienen 56 años viviendo juntos, pero se casaron en 1972, cuando ya tenían cuatro hijos.

Su historia nace de un sueño, ya que César sin haber hablado nunca con ella soñó que caminaban juntos, luego de él haber orado para tener una buena esposa.

“Lo nuestro es una gran historia, porque primero le pedí a Dios que me diera una mujer que no fuera peleona. Y el Señor me mandó lo que le pedí, sin nunca haber hablado con ella me soñé que caminábamos a orillas de un río. Ahí supe que esa era la mujer que Dios me había enviado”, comenta.

Para ella, su amor por él fue a primera vista, aunque nunca decidió hablarle hasta que César no lo hiciera.

“Yo dije que cuando Dios me diera un hombre que me tratara bien con ese me quedaba. Y siempre supe que llegaríamos hasta esta edad juntos”.

La cualidad que más le gusta de su esposo es que es muy trabajador.

Para Juana, la manera de enamorarse de su época y la de ahora es muy distinta porque ahora “la juventud no quiere tener obligaciones”.

Pedro Pablo García, 80 años, e Isabel García, 76 años

“No te voy a decir cómo nos conocimos porque fue muy feo...”, dice Isabel entre risas al recordar el momento en que conoció a Pedro Pablo en La Vega.

Se casaron el 22 de abril de 1960. Tienen nueve hijos.

A él le impactó su cuerpo y su pelo. A ella le gustó la forma en que él caminaba y su físico.

Pero más allá de ello, hay factores que han permitido esta relación. La privacidad ha sido importante, comenta Pedro Pablo, quien tiene bien claro que “los trapos sucios se lavan en casa” y que la pareja debe resolver en privado sus diferencias.

Mientras que para Isabel, hay que saber aguantar para que las relaciones duren.

¿Qué siempre supieron? Que durarían hasta el último día de sus vidas juntos. Él, porque “ella es una mujer educada en valores”; y ella, porque se lo dispuso.

Comenta que ahora con tanta tecnología, no se enamoran igual que antes.

Jesús María Santos e Iluminada Santos Monegro

Tienen 50 años de casados. Se conocieron en la salida de la iglesia Inmaculada Concepción, en Cotuí.

Nunca pensaron que llegarían a celebrar este aniversario de matrimonio porque, dicen, el tiempo que se va a durar con alguein es impredecible.

Su clave ha sido la paciencia y la comprensión. Ambos se han dispuesto a comprenderse para seguir unidos.

Leonida Ramírez, 83 años, y Emilio Díaz, 88 años.

Ella era una muchacha de 17 años y él un joven de 23 que no descansó hasta conquistarla y lograr ser aceptado por su familia. Tienen 62 años de casados y procrearon 12 hijos (ocho hembras y cuatro varones).

“Recuerdo mi matrimonio como el primer día”, dice Leonida entre risas.

Sin embargo, Emilio expresa que recuerda poco de los inicios de su relación “porque ha pasado mucho tiempo”.

Leonida cree que Dios ha estado siempre en su relación y que eso ha permitido que haya tolerancia y respeto entre ellos.

“Cuando dos personas se juntan deben estar abiertos a perdonar y comprenderse. Hay que aceptar al otro como es. En una pareja no se puede imponer nada porque eso no permite mantener el matrimonio”, expresa.

A Emilio le enamoró de su esposa su creencia en Dios y su pulcritud.

Y juntos han luchado para seguir unidos, dicen.