Caminos de Dios

Delicia en Tu ley Es bienaventurado el hombre o la mujer que se rige por la palabra de Dios como regla de sus acciones, y fuente de su consuelo. Es feliz la persona cuya delicia está en la ley de Jehová, y en ella medita de día (tiempo de alegría) y de noche (tiempo de tribulación). Por eso es como un árbol fértil y útil plantado a orillas de un río, y su hoja es perenne porque “toda carne es heno, y el esplendor del hombre es como flor del campo; el heno se seca y la flor cae, mas la palabra del Señor permanece eternamente. Da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará. Todas las cosas que aquel árbol produjere, sus hojas y frutos, esto es, palabras y hechos, serán bendecidos. Si alguien desea cambiar su corazón, sus pensamientos, palabras y acciones debe meditar en la ley de Dios y aceptar lo que ella revela acerca de Jesucristo; luego, reconocer su culpa y miseria delante de Él. Entonces comenzará la transformación de su vida. Pues la gracia divina hace nuevas todas las cosas y cambia el alma arrepentida a la imagen del Redentor. (Ver Salmo I).