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FAMILIA

El importante rol paterno

La figura masculina influye de diferentes maneras, en ocasiones sutiles, en el proceso de desarrollo de hijos e hijas.

La figura paterna tiene un importante rol en diferentes momentos del proceso de desarrollo de los hijos, y este rol incluye tanto aspectos relacionales como físicos. Así lo explica la psicóloga y terapeuta familiar Rafaela Burgos.

Al inicio de su vida, el bebé tiene un vínculo muy estrecho con su madre, de quien depende y a quien ve como una unidad consigo mismo. El padre, en esta etapa, le ofrece a la criatura una visión del mundo fuera de la relación madre-hijo y la ayuda así a aprender a relacionarse con el entorno más allá de ese núcleo.

“El padre, en ese momento, viene a dar aspectos inicialmente muy sutiles de relación diversa”, explica Burgos.

Con el tiempo, agrega la psicóloga, el papá interactúa con el niño en juegos más físicos, haciendo que este se pruebe en situaciones con mayor nivel de complejidad que facilitan su adecuado desarrollo motor.

Por otro lado, los hijos de uno y otro sexo aprenden del padre cómo se relacionan los hombres con las mujeres. Y, en el caso específico de los varones, la figura paterna es el modelo a través del cual aprenden a ser padres.

Lamentablemente, muchos niños y niñas no disfrutan de una estrecha relación con sus papás y esto obedece, en muchos casos, a condicionamientos culturales.

(+) CONSECUENCIAS DE SU AUSENCIA Según la psicóloga y terapeuta familiar Rafaela Burgos, no se puede predecir con exactitud qué sucederá en la vida de una persona que en su infancia se haya visto privada de la compañía y el afecto paterno.

“Muchas veces la madre se ‘multiplica’, se desdobla, pero no significa que sea madre y padre a la vez: eso es un mito, la madre es madre y el padre es padre. La madre no puede hacer el papel del padre”, asegura.

No obstante, frente a la ausencia del padre biológico, otro hombre del entorno puede sustituir la figura paterna (del mismo modo que otra mujer podría ocupar el lugar de una madre) y cambiar para bien el rumbo de la vida del infante. “No necesariamente va a haber un daño irreversible”, comenta la profesional de la conducta.

Paternidad responsable y su impacto Teniendo un rol tan importante para el desarrollo de sus hijos e hijas, ¿por qué muchos hombres no asumen la paternidad de manera más responsable? y ¿por qué existen padres que se ausentan física o emocionalmente de las vidas de sus vástagos?

Para la antropóloga social Tahira Vargas, esto se debe a que la misma sociedad ha generado hombres desvinculados del rol paterno y del hogar.

“El niño se cría desde pequeño en la calle y se trata de crear una barrera entre la masculinidad y el hogar”, explica.

Ese estilo de crianza ha hecho que muchos hombres asuman la generación de dinero -sea para mantener una familia o no- como su papel principal en la vida y que no se involucren más en la crianza.

Otro factor que influye en la paternidad es la forma en que los hombres asumen la sexualidad. Desde muy jóvenes a los varones se les estimula a tener una vida sexual desordenada en la cual establecen relaciones buscando gratificación sexual sin atender a las consecuencias que, como los embarazos, pueden resultar de esas relaciones.

No es raro, entonces, encontrar hombres con hijos de varias mujeres o con familias paralelas; sin embargo, apunta Vargas, no existe un registro de esa información porque la Oficina Nacional de Estadística no incluye en encuestas y censos preguntas relativas a la paternidad para saber cuál es el promedio de hijos de los hombres dominicanos o qué porcentaje ha engendrado hijos con diferentes mujeres.

Para la investigadora etnográfica, se trata de preguntas cruciales. ¿Por qué? “Porque nosotros podemos saber un poco hasta dónde llega la responsabilidad”, contesta.

Si un hombre tiene cinco hijos de diferentes parejas y gana 10,000 o 15,000 pesos, ¿qué capacidad tiene para cumplir al menos económicamente con cada uno de ellos? Muy poca, y eso deja a esos hijos en una situación de mayor riesgo o vulnerabilidad.

“En la medida en la que tú creas conciencia en la sociedad, en la población masculina, sobre su responsabilidad paterna quizás podamos disminuir las brechas sociales, los niveles de vulnerabilidad en términos de la realidad de muchos niños que están totalmente desprotegidos”, argumenta Vargas, quien impartirá hoy en Librería Cuesta la charla “Masculinidad-paternidad, un enfoque sociocultural”.

El impacto de la paternidad va más lejos. Cuando los hombres asumen su rol se promueve la equidad de género. Incluso podría incidir en el bienestar de los envejecientes; algunos ancianos abandonados y desprotegidos hoy fueron en el pasado padres ausentes.

Relación con la madre El nivel de involucramiento de un padre con sus hijos está mediado en no pocas ocasiones por la relación que este mantenga con la madre. El hombre, o bien no reconoce el fruto de relaciones poco significativas para él, o se desvincula de sus hijos si se separa en malos términos de la mujer con la cual los procreó.

Según la psicóloga y terapeuta familiar Rafaela Burgos, se ha podido comprobar cómo una buena relación entre padre y madre brinda la posibilidad de que el varón se integre con mayor facilidad al proceso de crianza, mientras que existen casos de individuos que se divorcian de la esposa y también de los hijos.

“Eso es un gran desafío porque el niño sigue necesitando”, comenta la profesional de la conducta. “No se termina la necesidad de participación del padre porque se termine la relación de pareja”.

Tampoco obvia el hecho de que, en ocasiones, la propia mujer aleja a los hijos de su antigua pareja impidiéndole ejercer su rol paterno e incluso trata de predisponer a los menores en contra de su progenitor.

“El concepto del padre que el niño tiene lo recibe tanto directamente del padre, de lo que hace y si lo hace bien o mal, pero también se complementa con el discurso de la madre y el entorno. Si le mandamos al niño mensajes de que su padre no es adecuado eso opera, no contra el padre, sino contra el propio niño”, advierte Burgos.

Esto se da cuando los adultos tienen conflictos o cuando el hombre no cumple con la manutención -o no en la medida justa-.

Al respecto, la psicóloga aclara que, si bien el menor tiene derecho a que sus padres cubran sus necesidades materiales, también tiene derecho a recibir de ellos afecto y atención.

Burgos exhorta a los hombres a no perderse la oportunidad de estar presentes en la vida de sus hijos y no únicamente por el bien de sus descendientes, sino incluso por lo que representa para ellos mismos: “Los padres se pierden oportunidades preciosas de participar, de disfrutar etapas en la vida de sus hijos, y es una pena que se las pierdan solo porque no es lo habitual”.

((Sistema Presencia física, ausencia emocional Un hombre podría convivir con sus hijos, atender sus necesidades materiales y aun así estar ausente en términos afectivos. Esto puede deberse al modelo aprendido en su familia de origen y también a la influencia cultural.

“Si tú no educas culturalmente al hombre para asumir el rol de paternidad”, advierte Tahira Vargas, “se hace muy difícil que desarrolle destrezas como la relación afectiva, el diálogo abierto (...) y su relación con sus hijos va a estar muy marcada por el autoritarismo y eso afecta mucho la relación con sus hijos”.

Al respecto, Rafaela Burgos señala: “A un niño con un papá periférico, que no participa en su crianza o que es demasiado punitivo, se le hace más difícil identificarse con esa figura, confiar, captar lo que esa figura le puede ofrecer porque no constituye un modelo potable”.

Las expertas coinciden en que no todo está perdido y aunque los hombres siguen siendo minoría en las reuniones escolares o en la consulta pediátrica, esa realidad ha ido cambiando poco a poco y hoy es posible ver a más varones, sobre todo de las nuevas generaciones, involucrarse en aspectos de la crianza que antes se consideraban responsabilidad femenina.

Sin embargo, esos hombres que quieren asumir su paternidad de forma responsable y participar activamente en el cuidado y la crianza de sus hijos chocan contra un sistema excluyente que legitima y reproduce los viejos modelos cuando, por ejemplo, a un trabajador se le conceden apenas tres días para que disfrute de su bebé recién nacido o cuando las organizaciones colocan cambiadores para bebés solo en los baños de damas.

“No hay brechas, no hay oportunidades para desarrollar la paternidad porque no se prioriza la paternidad”, asegura Vargas, para quien la sociedad dominicana ha fallado al descuidar el tema de la masculinidad y el tipo de hombres que está formando.

“Por ejemplo, aquí se habla de la maternidad adolescente, pero ¿nos hemos puesto a pensar a qué edad el hombre empieza a ser padre?, ¿qué tan temprano se da la paternidad?”, añade.

Vargas destaca la necesidad de crear desde el Estado políticas públicas que fomenten el ejercicio de una paternidad responsable.

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