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De la responsabilidad social a la familiar

El estudio asegura que el nivel de satisfacción de una persona aumenta cuando dedica tiempo a su trabajo y a la familia, ya que la empresa proporciona los recursos para que el trabajo se haga de forma autónoma y flexible.

El estudio asegura que el nivel de satisfacción de una persona aumenta cuando dedica tiempo a su trabajo y a la familia, ya que la empresa proporciona los recursos para que el trabajo se haga de forma autónoma y flexible.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos define la familia como el elemento natural, universal y fundamental de la colectividad. En el sistema económico capitalista en que vivimos, muchas veces se olvida este axioma: la familia es el núcleo más importante que tiene la sociedad, y por qué no, también el de las empresas e instituciones.

Conscientes de esta realidad, la Escuela de Negocios Barna junto a la Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra y el Centro de Investigación Inicia han realizado el estudio ‘Responsabilidad familiar corporativa en República Dominicana’.

“Nuestra filosofía e identidad se rigen por un enfoque humanista. No vemos solo al directivo que se capacita para generar mayores ingresos económicos, sino que nuestro principal propósito es crear valor dentro de la empresa. Concebimos la empresa con el fin de por y para las personas, que es el valor mayor que tenemos”, explica Carlos Martí, docente de Barna y uno de los autores del documento.

De lo general a lo particular Las instituciones corporativas se han enfocado por años en la responsabilidad social, acciones que realiza la empresa para contribuir a la sociedad y su medio ambiente, pero el análisis propone que el enfoque debe evolucionar.

Como el método de razonamiento deductivo, que parte de lo general a lo particular, las empresas se han dado cuenta de que sus clientes internos y empleados tienen necesidades que deben ser suplidas.

“La Responsabilidad Familiar Corporativa (RFC) apoya la integración del trabajo, la familia y la vida personal de los colaboradores y facilita la flexibilidad, tanto en el tiempo como en el espacio. Proporciona apoyo profesional, servicios y beneficios familiares que van más allá de una retribución económica”, destaca la investigación.

Martí considera que no se puede obviar que al empleado le cuelga una realidad detrás que se llama familia, si un trabajador no tiene hijos, tiene padres, hermanos o algún dependiente. “No se puede ver al empleado como meramente eso. No es correcto interesarse por él o ella solo durante su jornada de trabajo, y de la puerta para afuera no importarnos qué le suceda. El ser humano es algo más complejo que ser un trabajador. La familia es una dimensión vital para las personas”.

Además, cuando una entidad se preocupa por fomentar la RFC obtiene ventajas tangibles e intangibles como reputación, atracción de talento, menores costes por la ausencia laboral, compensación, excelencia y eficiencia, y un compromiso y un clima laboral favorable. La sociedad también sale beneficiada con salud y bienestar para sus ciudadanos, disminución de estrés y otras enfermedades asociadas; igualdad y diversidad; mejor trato a la infancia incluyendo mejor nivel educativo del país, ya que los padres pueden involucrarse más en la educación de los hijos, lo que provoca mejor rendimiento escolar y la disminución de adicciones y de criminalidad en la juventud.

Caso República Dominicana ‘IESE Family Responsible Employer Index’ es una herramienta de análisis desarrollada por el Centro Internacional Trabajo y Familia de IESE Business School de la Universidad de Navarra, que diagnostica periódicamente en distintos países del mundo el nivel de implantación de la Responsabilidad Familiar Corporativa, y su impacto en las personas y las organizaciones.

De acuerdo a esta métrica internacional, el grado de Responsabilidad Familiar Corporativa viene determinado por tres vertientes: el apoyo del supervisor, la cultura organizativa y las políticas de responsabilidad familiar que percibe el empleado.

“El 33% de los profesionales dominicanos consideran que reciben un buen apoyo emocional por parte de su supervisor, y el 42% consideran que su directivo es un buen modelo de conciliación en el trabajo y fuera del trabajo”, señala.

El documento también destaca que dentro de las políticas más usadas en el país como parte de la responsabilidad familiar corporativa están: permiso para abandonar el lugar de trabajo debido a una emergencia familiar, calendario de vacaciones dócil que se adapte a las necesidades del empleado, y horario de trabajo flexible.

Los empleados consultados en el estudio esperan que las empresas incorporen políticas como un programa de bienestar del empleado que ayude al control del estrés, ejercicio, entre otras, y flexibilidad con la modalidad de la semana comprimida, por ejemplo, darle medio día libre a cambio de un horario de trabajo más largo durante la semana restante.

El análisis auspiciado por Barna determinó que cuando no se toma en cuenta la responsabilidad familiar corporativa se produce un entorno laboral contaminante e incide dentro de la organización con repercusiones negativas: menor productividad, pérdida de experiencia, deterioro del entorno laboral, desmotivación del personal, mayor coste de reclutamiento para reemplazo, al igual que coste de formación del nuevo empleado y de sustitución del puesto vacante.

Responsables del estudio Barna es una escuela de alta dirección dominicana que desde 1999 ha trabajado con más de 20 empresas y ha graduado aproximadamente 5 mil profesionales que están dotados para hacerse cargo de la gerencia de cualquier empresa.

Ellos ofrecen programas de alta dirección y maestría en administración de negocios.

El estudio que realizó sobre la responsabilidad familiar dominicana es de la autoría de los docentes Nuria Chinchilla y Mireia Las Heras, ambas del IESE Business School, y Carlos Martí, de Barna Business School. Esta misma investigación se ha hecho en 27 países del mundo.

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