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OJO CON LA VISTA

El ojo haragán de los infantes

Es importante saber que el cerebro y el ojo trabajan juntos para producir la visión. La luz entra en el ojo y se transforma en signos nerviosos que viajan a través del nervio óptico al cerebro. La ambliopía ocurre cuando la visión de uno de los ojos disminuye porque estos órganos no están trabajando juntos en la forma correcta, y el ojo ambliope envía una imagen borrosa o equivocada al cerebro, que finalmente será ignorada. Esta condición también es conocida como ojo perezoso u ojo vago; y es la causa más común de impedimento visual en la niñez.

La ambliopía afecta el 2%-3% de los niños. A menos que sea exitosamente tratada en los primeros años de vida, provocaría impedimento visual permanente. Entre las causas más comunes tenemos: estrabismo, defectos refractivos monoculares, cataratas y caída del párpado.

En la mayoría de las ocasiones, al ver bien por uno de los ojos, el niño se desenvuelve con total normalidad y la ambliopía no es detectada hasta que se acude a una revisión rutinaria por el oftalmólogo. Por lo general, se diagnostica fácilmente con un examen completo de los ojos, que no requiere de exámenes especiales.

El tratamiento de la ambliopía es más efectivo cuando se hace a una edad temprana en la vida del niño, generalmente antes de los 7 años de edad. El tratamiento de la ambliopía hace que el niño use el ojo con visión reducida (el ojo débil) y esto se logra penalizando el ojo dominante por medio de gotas o parches, para así obligar el uso del ojo haragán. Previamente se debe corregir la causa del problema y corregir el defecto refractivo que se detecte. En el caso de utilizar parches se debe brindar apoyo emocional al niño para evitar que rechace el tratamiento.

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