Sobremesa

En la medida en que aceptamos y somos cada vez más conscientes de nuestros defectos, más crecemos. Es que no se trata de que veamos la vida siempre desde una perspectiva negativa y negligente. Se trata de que extirpemos de nuestro cuerpo esos pensamientos y actos que nos engañan y nos conducen hacia la más profunda oscuridad de nuestra conciencia. Todo esto nos lleva a no aceptar de nosotros ni de nadie la realidad de que muchas veces estamos mal. Sin embargo, cuando reflexionamos puede lograrse que quien olvide se organice; que quien malgaste, invierta y ahorre; que el rencoroso, perdone; el soñador, crea; el soberbio, escuche... Así que vamos a revisarnos y a aceptar la verdad para darle un giro diferente a nuestra vida desordenada.