Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

Amor y conversión

Avatar del Listín Diario
Maruchi R. De ElmúdesiSanto Domingo

Hoy es el primer domingo de Cuaresma, tiempo fuerte de conversión. Pero también estamos celebrando el Día de San Valentín, al que se le ha llamado Día del Amor, Día de los Enamorados. Es increíble que el mismo día estemos celebrando el Día del Amor y el día de penitencia. El pasado miércoles, Miércoles de Ceniza, dimos inicio a la Cuaresma, cuarenta días para aprender a amar y a lograr una transformación espiritual, para que nuestra vida de cristiano sea una ofrenda al Dios que no escatima nada en amarnos, hasta ofrecer su Hijo por darnos la vida eterna.

“En la Cuaresma caminamos un camino de conversión, de cambio, guiados sobre todo por la palabra de Dios y por la celebración de los sacramentos. Así lo ha sido en la mejor y más antigua tradición de la iglesia: un tiempo de mayor atención a la predicación de la Palabra de Dios, a la lectura de la Sagrada Escritura y a una mayor participación en los sacramentos, aunque también sea, no debemos olvidarlo, tiempo para renovar el amor a Dios y a nuestros hermanos.

El ayuno y la abstinencia, reglamentados de acuerdo con el tiempo y las circunstancias en que viven los pueblos, nos piden hoy, de modo particular, ejercitar simultáneamente la caridad con nuestros hermanos que sufren. Pensemos entonces en cuántos a nuestro alrededor necesitan consuelo y ayuda que tal vez podemos nosotros ofrecerles, ya sea material como espiritual”. (Tomado de La Palabra en Cuaresma, de monseñor Pepén, e.p.d).

Convertirse es cambiar; emprender un camino nuevo en la vida; transformarse en un hombre nuevo; en una sociedad nueva. Esto supone en nosotros valor y decisión. Supone mucha humildad y caridad. Y ante todo recibir y aceptar la gracia de la conversión. El ejercicio de la oración, tanto privada como comunitaria, prepara la conversión.

En cuanto al Mes del Amor, como se le llama a febrero, en el que también celebramos nuestra fecha de Independencia, nada más y nada menos la celebramos con un carnaval. Se nos está olvidando nuestra independencia. Hemos luchado mucho por separar las fiestas de nuestra Independencia de las fiestas de carnaval, pero ha sido inútil. En los países en que se celebra el carnaval, lo hacen tres días antes del Miércoles de Ceniza, que es como procede, ya que el carnaval significa: desahogarse de los deseos de la carne antes de entrar en el tiempo de Cuaresma, tiempo de reflexión, de conversión, de sacrificio, en el que celebramos el misterio de la redención de Jesús de Nazaret: su vida, muerte y resurrección.

¿Por qué se vuelve a caer en la incoherencia de hacer vivir a un pueblo católico de espaldas a sus creencias? ¿O es que ya no somos un pueblo católico? ¿Qué ha pasado con nuestras tradiciones cristianas católicas?

Con nuestra pasividad, hemos dejado que los enemigos del Reino nos quiten nuestro tesoro espiritual. Pan y circo. Eso le daban los romanos al pueblo para que olvidara sus penurias.

¡Despierten, cristianos! Ya está bueno de mantenernos al margen de todo lo que sucede a nuestro alrededor. No necesitamos de fiestas de la carne para sentirnos felices.

Tenemos a Cristo. Somos sus testigos y misioneros, y debemos luchar por revelar su presencia a todos los hombres de buena voluntad. La presencia de Jesús es motivo de alegría. Cuando él está, todo se transforma y no hay lugar para la tristeza. Esa es la clase de alegría que quiere Dios que vivamos. Vamos a reflexionar en cómo vivimos nuestra fe en la situación que ahora nos toca enfrentar, cómo debemos iluminar los desafíos que se nos presentan y a dónde fueron a parar nuestros valores éticos y morales. Que el Señor nos ayude a ser valientes y a evangelizar nuestra cultura cada vez más maleada por los mercaderes del templo. Amén.

Tags relacionados