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FOLCLOREANDO

Danzón club

Cuando una persona lee esta columna y se reporta para darme las gracias por los conocimientos que adquirió, por empatía o por expresar una opinión contraria a la mía, ¡me siento agradecida, me leen! En abril recibí un correo de México, de Luis Pérez “Simpson”, reportando la lectura de una columna que hiciera hace dos años con el título “Danzones populares”, en la que escribo de mi pasión por el danzón y del programa Danzones Populares, único programa de esa índole que he conocido en mi vida, realizado por don Mario Báez Asunción “El hijo de Lidia”, en Onda Musical, que en paz descanse.

En mi escrito recreo la forma que mi madre “doña Ena”, me despertaba todos los domingos en la mañana, colocándome en la cabecera un radito portátil con el programa de danzones y eso bastaba para iniciar el día llena de alegría para “trapear”. Pues, en su correo me envía el Boletín DANZON CLUB número 62, que nació de la inquietud de un grupo de amigos amantes del danzón y aficionados a la escritura, cuyo objetivo es difundir la cultura del danzón y los bailes de salón. Este medio informativo tiene seis años de fundado. El equipo que colabora en el Boletín es amante de esta danza, y la forma de hacerlo es preservándola con este medio de comunicación, asistiendo a diferentes festivales, como el Fórum 2015 “Danzones del Puerto” que se realiza en Veracruz, en diferentes áreas, incluyendo las plazas públicas, que es donde se aprecia más a las parejas populares.

Los colaboradores del boletín viven en diferentes partes de México: Enrique Guerrero, radica en Querétaro; Julián Velasco, en Cancún; Fernando Tapia, en Tijuana; y Paco Rico, Alejandro Cornejo, Javier Rivera y Luis Pérez radican en México, D.F. En nuestro país, 40 o 50 años atrás esta danza se bailaba y escuchaba en velloneras en los bares de los pueblos y en los clubes sociales.

El músico Rafael Mancebo y su orquesta incluyeron en su repertorio el danzón “Teléfono a larga distancia”. Por escuchar tantos danzones en mi niñez fue que despertó en mí esa pasión. En el danzón no se mueve tanto la cintura, hay más desplazamiento, contrario al son. Danzón Club ha despertado en mí las ganas de propiciar un encuentro con el danzón y ojalá sea en una plaza pública.

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