¿Emergencia o consulta médica?

Con gran preocupación he vivido en carne propia los cambios que han asumido algunos centros asistenciales. Lo que por siempre hemos llamado “Emergencia” ahora parece que funciona como un consultorio clínico para esos fines: consulta. No para atender lo que entendemos por urgencias. En los últimos días diversas razones me han llevado a buscar de esos servicios, y como si fuera parte del ‘nuevo sistema de salud’, todos están a una: no dan el servicio de emergencia, lo que ofrecen es una especie de consulta médica, pues hay que tomar un turno, esperar a que llegue el especialista de turno, hacer gestiones previas con las prestadoras de servicios de salud para garantizar que serán remunerados por el servicio prestado... Uf, ¡qué indignación! Tal vez los casos por los que he asistido no han sido los más urgentes, pero he sido testigo de otros que, mientras esperan a que se resuelvan todas las ‘urgencias’ que verdaderamente importan al centro de ‘salud’, parecen ir haciendo contacto con la muerte. Por un momento, y con sabor a rabia e impotencia, me fui a una ciudad fabulosa donde sí se conoce el verdadero sentido de lo que es emergencia. Visité centros públicos y privados y con alegría observé cómo a quienes reciben a los pacientes, les interesa por encima de todo lo que tiene la persona, no si tiene seguro o no. Vi un personal amable, condescendiente y, por si fuera poco, abundante, atendiendo a la gente que buscaba de su ayuda. Establecen una media para saber más o menos qué cantidad de enfermos suele visitar el centro y, basado en ello, disponen de médicos y enfermeras que contribuyan a brindar un servicio de calidad. Hay urgencias que ameritan de prioridad, y todos lo entienden, pero ello no quiere decir que a los demás no se les preste la debida atención. Lamentablemente tuve que volver a la realidad y lo hice porque en mi conciencia estaba una niña que se había dado un golpe grave, estaba aturdida y se le notaba, pero en lo que a la pediatra le daba la gana de llegar, y la enfermera ‘mareaba’ de tanto hablar a dos personas, la pequeña corría peligro en las piernas de su madre, quien duró más de una hora esperando que le atendieran a su hija. Y es por eso que me pregunto: ¿ahora se llama Emergencia o Consulta?