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PRENSA JOVEN

En espera de oportunidades

JÓVENES ENTIENDEN QUE NO TIENEN SUFICIENTE CAMPO PARA DESARROLLARSE

Carencia. Un parque ubicado en medio de la localidad parece ser el único medio de esparcimiento que tienen los habitantes de Quisqueya, donde no sorprende ver personas sentadas durante el paso del día como reflejo de ocio y falta de oportunidades.

Carencia. Un parque ubicado en medio de la localidad parece ser el único medio de esparcimiento que tienen los habitantes de Quisqueya, donde no sorprende ver personas sentadas durante el paso del día como reflejo de ocio y falta de oportunidades.

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Jhenery RamírezSan Pedro de Macorís

A unos 15 minutos, aproximadamente, del municipio cabecera de San Pedro de Macorís, se encuentra Quisqueya, donde para llegar hay que atravesar un largo camino vecinal en malas condiciones. Pero bien, su ubicación ahora mismo es lo que menos importa. Sus condiciones deplorables y las pocas oportunidades de crecimiento que caracterizan el lugar es lo que importa.

Lo que en 1892 fue fundado como un ingenio y conocido como “Batey”, hoy es el espacio en el cual muchas personas construyeron sus residencias. A pesar de que en la década de 1970, Quisqueya tuvo un papel notorio en la economía nacional debido a su vasta producción azucarera, actualmente carece de las necesidades mínimas requeridas por los habitantes.

A simple vista se refleja la escasez de actividades formales en su sistema productivo: negocios cerrados y personas como Carlos (pseudónimo), un zapatero que decidió emprender su negocio en las calles por falta de ingresos para pagar un local comercial. Estos espacios son denominados por ellos como “lugares improvisados”.

Sin embargo, aunque los habitantes y autoridades de Quisqueya aseguran que el nivel de desempleo en esta localidad aumenta cada vez más, jóvenes consultados por este medio indican que las precariedades no apagarán las ilusiones y ganas de superación que poseen.

Alexis de los Santos, un joven de 22 años, es un “motoconchista” que empieza su labor a las 7:00 de la mañana para culminar a las 8:00 de la noche. Manifiesta que Quisqueya le ha enseñado a sobrevivir, haciendo “lo que sea que sea digno”, pero consciente de que algún día la realidad será otra. Espera que a pesar de las faltas de oportunidades y la necesidad de dinero, las autoridades municipales tomen cartas en el asunto.

En tal sentido, el síndico de la municipalidad, Pedro Eusebio Ozuna “Peter”, señala que son muy pocas las empresas que generan empleos, y las que lo hacen no permiten que la juventud pueda acceder con facilidad.

Envejecientes Ozuna señala que los ancianos de Quisqueya no cuentan con un seguro médico que les permita sobrellevar sus enfermedades.

“Incluso los obreros que antes se dedicaban al trabajo en los ingenios no tienen pensiones. Se esforzaron trabajando y ahora están en abandono y sin dinero para comprar las medicinas”, sostiene el representante del ayuntamiento.

Estos también esperan la oportunidad de ser pensionados como amerita la Ley 379-81 sobre Jubilaciones y Pensiones del Estado Dominicano para los Funcionarios y Empleados Públicos. En ese orden, Ozuna explicó que en 2014, el cabildo destinó RD$584,000 en ataúdes para que las familias enterraran dignamente a sus muertos.

El alcalde critica que el estimado de RD$2, 485,000 asignados en el Presupuesto Nacional en Quisqueya no da para cubrir las necesidades de los barrios.

Centros de salud El hospital Luis Napoleón Veras, ubicado en Quisqueya, es considerado como “un matadero”, en el cual lo único que funciona son las emergencias. Así, Ozuna expresa que aunque existen dos clínicas, los moradores de Quisqueya no cuentan con suficiente dinero para pagar las consultas en los referidos centros de salud, siendo esto una baja en su calidad de vida.

Delincuencia Los moradores de Quisqueya opinan que los actos delictivos son las excusas de aquellos que no desean superarse viendo lo mal hecho como la alternativa de obtener dinero. De acuerdo a Ozuna, la marginación es el sentimiento que impera en los delincuentes del municipio.

Al cuestionársele a Juan (pseudónimo) sobre la delincuencia presente en Quisqueya este respondió: “Hay, pero no tanta porque ¿A quién van a atracar?, aquí no hay nada”.

Educación Luis Soriano, de 24 años, es otro “motoconchista” de la zona que no terminó la escuela. Con una mirada triste exterioriza que tuvo que dejar de estudiar para ponerse a trabajar, aunque no descarta retomar sus estudios. Soriano lamenta que pese a que muchos jóvenes están estudiando, algunos de los más pequeños salen a pedir a las calles. El síndico de Quisqueya dijo que cinco escuelas fueron construidas recientemente y dos están en proceso para lo que se espera que a cierre de año haya en total 16 centros educativos.

Esperanzas Aun con las precariedades, la mayoría de los niños y adolescentes desean superarse. Ellos entrenan desde las 8:00 de la mañana en un “play” ubicado en la entrada del municipio, con el objetivo de ser firmados por un equipo de béisbol, tomando estos como ejemplo al pelotero Alfonso Soriano, natal de la ‘tierra de peloteros’.

Los comunitarios de Quisqueya poseen la fe de que las oportunidades llegarán para permitir que el sector avance socioeconómicamente. Ellos esperan con actitud positiva ser tomados en cuenta para evidenciar que un barrio pobre puede ser eficaz por medio del trabajo, el esfuerzo y la dedicación si se les facilitan las oportunidades demandadas para el desarrollo en diversas áreas.

Reparación. Un zapatero en la calle.

Caminos vecinales. La falta de aceras, contenes y calles sin asfalto son el pan de cada día de los moradores, a quienes les afecta el constante polvo de estas "calles".

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