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POR TU SALUD RENAL

Los pacientes que se dializan

Las causas de esta afección terminal (la diabetes, la hipertensión y la obesidad) proliferan casi tan rápido como un resfriado común. Estas enfermedades cardiovasculares causan daños irreversibles a los vasos, arterias y venas de los riñones e influyen negativamente al proceso metabólico.

Conscientes de ello y de la calidad de salud que puede ofrecer un trasplante, la Fundación Doctor Ashley Baquero hace frente a este mal.

Antes, padecer de un tipo de insuficiencia renal significaba muerte. Esto ha cambiado con las pruebas especializadas de tipificación como la de HLS, la mejoría de la calidad de los fármacos, que van antes y después de la operación; de la diálisis, que arman a las personas para que puedan hacer frente a la enfermedad renal, que cada vez agrega más víctima a su larga lista de pacientes. Aunque unos padecen la enfermedad sin graves complicaciones, muchos son los que deben ser sometidos a diálisis para poder enfrentar los embates de esta afección. Afortunadamente, en República Dominicana, hay médicos competentes que saben detener a tiempo la enfermedad, tratarla adecuadamente y evitar que avance.

Claro, todo dependerá de cuán temprano vaya el paciente y de cómo sea cada caso. Por ejemplo, en la fundación, se le proporciona al paciente un especialista según la enfermedad que sufra y que le provocó una insuficiencia renal. Si se trata de una persona con hipertensión, se le asigna un nutricionista y un cardiólogo que le explique las causas de su condición.

Una vez el paciente toma conciencia, comienza el trabajo del nefrólogo, pero eso sí, rodeado de un equipo de profesionales que atienda a cada inquietud de la persona tratada.

Todos estamos conscientes de que cada vez aumentan más las cifras de pacientes con problemas renales. Porque: ¿quién no conoce a alguien o tiene en su casa a una persona que se dialice? Es precisamente por esto que los médicos involucrados en el área, nos mantenemos haciendo constantes llamados sobre la necesidad de que las autoridades brinden un mayor respaldo a los pacientes con insuficiencia renal para que se sometan a sus tratamientos.

Y que el presupuesto también incluya el desarrollo de campañas tendentes a orientar sobre la importancia de prevenir problemas renales.

Metas y propósitos Se necesita mucho apoyo logístico, económico y de entrenamiento de personal para lograr la reducción de estas cifras y para que los apcientes tengan mejor calidad de vida. Se necesita desarrollar un programa de fallecidos, mucho más extenso del que se posee ahora, si no queremos quedarnos estancados.

Muchos países han tenido un gran éxito respecto a los avances para tratar a los pacientes con problemas renales. Esto se debe a que ha habido esfuerzos por parte de las autoridades gubernamentales.

Es importante saber que el proceso de sacarle los órganos al paciente es como cualquier otro procedimiento, y requiere de gastos de los que nadie quiere responsabilizarse. Una de las limitantes más graves en el país es que tanto el Ministerio de Salud como el Instituto Dominicano de Seguros Sociales no ofrecen un hospital donde se puedan realizar trasplantes a pacientes de poco recursos económicos.

Es de suma importancia que eI Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort) mantenga su comunicación fluida y eficaz con todos los actores de trasplante en el país, pues de esa forma se agrupan los esfuerzos y recursos.

Siempre que llegan los pacientes, es en las etapas 4 o 5. En esta etapa terminal ya no hay mucho qué hacer, y lo que se debe es someter al paciente a diálisis de inmediato. Lo que se propone es atender a las causas primarias que llevan a la insuficiencia para que el paciente llegue en el momento adecuado, que es inmediatamente se conoce el diagnóstico de diabetes, hipertensión u obesidad. Desde que se le habla de esto, vaya de inmediato a un nefrólogo. De esta manera se puede retrasar el proceso de diálisis hasta ocho años. Si la insuficiencia se detecta temprano, en sus etapas 1, 2 y 3 dan la opción de mejorar la calidad de vida.

Además, hace de esta enfermedad clasificada por expertos como “catastrófica”, sea una realidad más asimilable, pues el paciente entiende lo que le pasa.

Hilda Lafontaine directora médica de Fundación Baquero.

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