Palabra viva del evangelio

“Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa”. El rechazo que experimentó Jesús de sus coterráneos se repite hoy con inusitada frecuencia. Nadie es profeta en su tierra. Sin embargo, hay que continuar proclamando la palabra viva del evangelio, aunque la falta de fe se instale en el corazón de muchos, que no aceptan la autoridad que hemos recibido de Jesús para hacer efectivo el mensaje de salvación.