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MEMORIAS DE VIAJES

España: representativo de una época

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

En la década del 50 era un hito arquitectónico: el edificio España frente a la Plaza España, en Madrid. Recuerdo parte de su interior, pues en 1957 me alojé con mi madre varios meses en uno de los estudios del Aparta-hotel Plaza, junto al lujoso Hotel Plaza. Allí incluso me vestí con el traje de luces de torero para tomarme unas fotos con una cortina de fondo, que separaba la alcoba del área de salita-comedor-cocina. El vestuario era traído por el mismo fotógrafoÖ En ese entonces no pensaba en sabe Dios quién lo habría utilizado antes, pero se veía limpio. En cuanto al edificio, de 28 pisos y 117 metros de altura era el “más representativo de época autárquica: con un lenguaje nacionalista que alterna el ladrillo y la piedra de caliza, con presencia de decoración neo-barroca, lujosa decoración interior, gigantismo (‘el edificio más alto de la nación y de Europa’) y financiación oficial dentro de la política urbanística del Plan Bidagor”. Así lo explica la Guía de Madrid Arquitectura y Urbanismo, publicada en 1982 por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Cuando décadas después de los años 50 retornaba a la capital de España, me gustaba mirar su imponente fachada, aún cuando observaba con tristeza cómo cada año había más locales cerrados: hotel, tiendas, oficinas de líneas aéreas, entre ellos. Tanto llamaba mi atención que lo comentaba en la columna Memorias de Viajes, con la esperanza de una remodelación que pusiera de nuevo en primer plano tan llamativo rascacielos. Mi optimismo estaba fuera de lugar. Se echó de lado su mantenimiento, permitiendo un paulatino deterioro hoy poco menos que imposible de corregir. En el periódico El País me he ido enterando de los últimos pormenores: en el año 2014 el Edificio España fue comprado por un grupo chino: Wanda. En vista de que la Comisión Local de Patrimonio Histórico le ordena mantener intactos la fachada y los alzados laterales, según escribe Bruno García Gallo en El País, el grupo pidió permiso para “desmontar todo el edificio y luego reconstruirlo”. Tal parece que no le darán autorización. Deberá mantener “el cuerpo edificado necesario para sostener la fachada, que en ningún caso podrá demolerse”. Su fachada no ha de cambiar. Quedará en pie.

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