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Crónica de la última audiencia

Sentenciados. Las juezas Ingrid Fernández, Claribel Nivar y Leticia Matos dispusieron la condena de todos los acusados.

Sentenciados. Las juezas Ingrid Fernández, Claribel Nivar y Leticia Matos dispusieron la condena de todos los acusados.

Era la última audiencia. Todos en la sala se mantenían en expectativas, en la parte final del juicio seguido a cuatro acusados de un crimen que consternó a la sociedad la noche del viernes 11 de marzo del 2016: la muerte del exrector de la UASD, Mateo Aquino Febrillet.

El principal acusado, el empresario del transporte Blas Peralta, estaba convencido de que lo iban a condenar, pero no sabía cuál iba a ser su sanción penal.

Cuando se le dio la oportunidad de que pronunciara unas palabras, en la conclusión de la etapa del juicio de fondo, pidió a las tres juezas que componen el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, que fallaran en proporción al hecho que cometió, no en base al odio que, entiende, derramó sobre él la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice.

En todos los escenarios, tanto en audiencia, como fuera, la representante del ministerio público siempre se mantuvo firme en su petición de que Blas Peralta sea condenado a 30 años de prisión, al igual que clamó la viuda Rita Solís en múltiples ocasiones.

La audiencia de ayer, que duró unas dos horas, se caracterizó por las muestras de perdón y arrepentimiento de los imputados; el reclamo justicia por parte de las víctimas y querellantes, y las ansías de los presentes en la sala por conocer la decisión del Tribunal, que integran las juezas Ingrid Fernández, presidenta interina; Claribel Nivar y Leticia Martínez. Tanto a los querellantes como a los imputados se les dio la oportunidad de pronunciar unas palabras finales.

La audiencia paso a paso A las 10:11 de la mañana fueron llevados a la sala tres imputados, el excoronel Rafael Herrera Pena, Franklin Vanegas y Gerardo Felix Batista. Faltaba Blas, que fue el último en ser trasladado al salón, a las 10:51 minutos de la mañana.

Ya a esa hora, empezaban a llenarse los 24 bancos que hay en la sala, que lentamente fueron ocupados por familiares de los imputados, de los querellantes y víctimas, y por los reporteros. A las 10:26 de la mañana los abogados conversaban con los implicados. Ya en ese momento, los bancos estaban llenos. La seguridad era notoria, tanto los agentes de vigilancia del Palacio.

Cuatro minutos después, entran la tres juezas a las sala para empezar, pero no ocurrió porque a pocos segundos, la presidenta determinó que el tribunal no estaba completo, faltaba Blas Peralta, los representantes del ministerio público y abogados de algunos acusados. Esto obligó a que se otorgara un receso.

Blas Peralta fue trasladado al tribunal a las 10:51 de la mañana, después que las juezas habían abandonado la sala, tras declarar un receso.

En ese momento, la presidenta del tribunal informa que le avisaran cuando llegaran los fiscales y abogados, porque el tribunal estaba listo para comenzar.

A las 11:00 de la mañana la fiscal llega al tribunal. Dos minutos más tarde, suben tres juezas, pero una de ellas no era la que estaba conociendo el juicio por la muerte del exrector de la UASD, por lo que de inmediato, la presidenta titular del Primer Tribunal Colegiado, Gissel Méndez, llamó a las partes para iniciar otro proceso que estaba en el rol.

En vista de la pausa, las partes en el proceso por la muerte de Febrillet abandonan el área, aunque los cuatro imputados se mantuvieron en el tribunal, pero en otros bancos, siempre a la izquierda de las juezas. Blas Peralta estaba fuertemente custodiado, con dos agentes de vigilancia penitenciaria detrás y otro delante.

A las 11.18 de la mañana concluye el otro juicio. Cinco minutos después entran las tres juezas apoderadas del caso seguido contra Blas Peralta y otros tres implicados.

De inmediato, la presidenta pide al alguacil llamar a los imputados, acto seguido representantes del ministerio público y abogados, tanto de los acusados como de los querellantes y actor civil. Todos se identifican. Pero, después de agotar esa formalidad, la audiencia se detiene por unos segundos, porque aún faltan los abogados de Blas.

Un alguacil sale de la sala en su búsqueda y tan pronto entra arranca el juicio, a las 11: 30 de la mañana. La jueza Ingrid Fernández, presidenta interina, informa que en la audiencia anterior, del pasado lunes, se había finalizado con las réplicas de los abogados de los imputados a las conclusiones del ministerio público y de los querellantes y actores civiles, y que para ayer solo quedaban las manifestaciones finales.

De inmediato dio la palabra al hijo del exrector de la UASD, David Enmanuel Aquino Solís, quien dijo que a Blas Peralta lo pueden ver, pero que a su padre no, que tampoco estará presente en su graduación, ni en su boda. Luego, intervino otro hijo, Jhonatan, quien clamó justicia, y dijo esperar que la muerte de su padre no quede impune.

Más tarde, le tocó el turno a la viuda de Aquino Febrillet, Rita Solís, quien, como en anteriores ocasiones, concluyó solicitando a las juezas que impongan todo el peso de la ley a Blas Peralta: “Pido 30 de años de prisión”.

Narró en el tribunal que todos los días son una pesadilla para ella al tener que levantarse y acostarse sin Aquino Febrillet.

Sostuvo que lo único que le queda es la muerte de su esposo y sus ropas, las que llevaba el 11 de marzo del 2016 cuando resultó muerto.

De inmediato, Rita Solís sacó de una funda la camisa ensangrentada, color azul, que portaba su esposo la noche que lo mataron. Y la mostró al tribunal.

“Desde que Mateo Aquino murió lo que he tenido es problema, lo único que me queda es su muerte y su ropa”, expresó.

Señaló que las personas tienen que pensar bien lo que van a hacer, tras enfatizar que Blas Peralta no se imagina el daño que le hizo a ella y a la familia de Febrillet.

Después hablaron los imputados Rafael Herrera Peña, Gerardo Felix Batista y Franklin Venegas. Los tres fueron breves, pidieron perdón a la familia de Aquino Febrillet por ese hecho y a la sociedad.

Por último, habló Blas Peralta, quien se paró del banco que ocupaba y se colocó en el podio, a la izquierda de las juezas, lo cual motivó una objeción de la fiscal, que le fue rechazada. A las 11:41 de la mañana, Blas Peralta inició sus palabras, diciendo que “es la última vez que voy a hablar en este tribunal del caso de mi amigo Febrillet”.

Continuó señalando que le gusta la forma de litigar de la fiscal, porque ese es su trabajo, pero consideró que fuera mejor si lo hiciera con menos odio hacia él.

“Desde el mismo día del hecho la licenciada Yeni Berenice me condenó a 30 años de prisión”, precisó.

Reiteró su queja de que la fiscal lo ha querido pintar como un monstruo, una persona prepotente. Sin embargo, dijo ser una persona humilde, que tiene una compañía familiar, y que si volviera a nacer sería camionero otra vez. Señaló que no le guarda rencor a nadie. Volvió a pedir perdón.

Presintiendo una condena, hizo una última petición antes de escuchar el fallo. Solicitó otra vez que hicieran una experticia al vehículo de Mateo Aquino Febrillet, aunque aclaró que no iba a negar que le hizo dos disparos, como confesó en la audiencia del día anterior.

Comentó que si Eduar Montás, no le daba una galleta en el restaurant donde se habían reunido, junto con Febrillet, el hecho trágico no hubiese ocurrido. Y a seguidas enfatizó: “No a todos los hombres se les da una galleta”.

En ese instante intervino la fiscal presentando una objeción a su intervención, al considerar que no se le había dado oportunidad para declaraciones, sino para unas palabras finales. La fiscal pidió al tribunal que orientara al imputado, en vista de que su abogado no lo había hecho. Luego, que las juezas pidieron a Blas que se limitara a una manifestación final, el imputado prosiguió por unos diez minutos. Expresó que también ha sufrido por la muerte de Febrillet y que sus sentimientos solo él los conoce.

A las 12:10, concluyó con la siguiente petición: “Quiero que el tribunal me dé una decisión acorde con el hecho, no en función del odio del ministerio público”. Blas Peralta baja del podio y las juezas dialogan con las partes por unos segundos. La sala aguarda por la decisión en silencio. Cuatro minutos más tarde, el tribunal fijó la lectura de la sentencia para las siete de la noche.

Un juicio sin demora El juicio de fondo no fue tan extenso como la fase preliminar, que duró alrededor de un año.

En esta etapa apenas fueron celebradas unas cinco audiencias desde el 22 de junio cuando inició el juicio. No hubo muchos aplazamientos como en la fase preliminar, debido a todos los incidentes que presentaron los abogados de los implicados para retrasar el proceso.

Blas y demás implicados fueron enviados a juicio de fondo el 3 de abril del 2017, por el juez del Sexto Juzgado de Instrucción, Rigoberto Sena, luego de más de un año de fase preliminar.

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