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POR LA SOLIDARIDAD

Reportajes Listín logran donaciones

Los aportes. Santa Aquino, de 80 años, diabética y con tres intentos de infarto cardíaco, residente en Los Guarícanos, recibió un andador y de inmediato empezó a caminar con él, mientras esperaba en el área de consulta externa del hospital Moscoso Puello.

Los aportes. Santa Aquino, de 80 años, diabética y con tres intentos de infarto cardíaco, residente en Los Guarícanos, recibió un andador y de inmediato empezó a caminar con él, mientras esperaba en el área de consulta externa del hospital Moscoso Puello.

La serie de reportajes “Envejecientes” publicada recientemente por LISTÍN DIARIO, donde se narraban las necesidades y se mostraba el desamparo en que se encuentra la mayoría de los adultos mayores del país, movió el interés, no sólo de las autoridades que fijaron su mirada al sector, sino de personas solidarias que se motivaron en ayudar.

Tal es el caso de Elsa de la Rosa, una dominicana que vive en Connecticut, Estados Unidos, quien, tras leer los reportajes vía web hizo llegar a través de este diario algunos insumos de soporte para la movilidad de envejecientes o pacientes de escasos recursos que son traslados por familiares a cumplir citas médicas en los hospitales, enfrentando las más diversas dificultades.

La misión del periódico era encontrar en los hospitales personas que realmente tuvieran necesidades de soportes, como andadores, bastón, sillas de ruedas, muletas, entre otros, y así lo hizo. Aquí están las historias de los beneficiados, todos pacientes de los hospitales Salvador B. Gautier y Francisco Moscoso Puello, en la capital.

El palo por un bastón

Durante años, Rafael Melo, de 82 años, acudía a recibir atenciones médicas al hospital Salvador B. Gautier apoyándose en un palo de escoba. Cuando se le propuso regalarle un bastón su primera reacción fue decir que no, pero al hacer el cambio del “palo por el bastón”, no pudo evitar dejar salir una gran sonrisa. “Es mucho más cómodo”, comentó.

Yo no tengo dinero

Cojeando, debido a que sufrió una fractura hace dos meses en su pierna derecha, llega Corporina Vallejo Rivera, de 71 años, al hospital Moscoso Puello cada vez que tiene cita. Los médicos le habían dicho muchas veces que tenía que apoyarse en muletas para no forzar el pie, pero dice que no había podido comprarla. Por eso, cuando se le preguntó, si quería unas, su respuesta instantánea fue “yo no tengo dinero”, al pensar que se trataba de una venta. Al saber que era donación, soltó la cartera y una funda plástica que tenía en las manos, y empezó a practicar de inmediato sus mejores pasos.

No vidente

A pesar de sus 87 años y de haber perdido la visión, todavía María Antonia Polanco, de Sabana Grande de Boyá, se resiste a usar bastón, pero para moverse tiene que apoyarse de la pared o sus familiares andar detrás para evitar una caída. Sufrió una trombosis que le hace aún más difícil caminar, por lo que su hija, Felicia, quien le acompañaba en el hospital, se sintió muy agradecida de recibir un andador, que sabe que es fundamental para ayudar con la movilidad de su madre.

Sostenido entre dos

Sostenido por ambos brazos por su esposa y otro familiar, era movilizado con los pies a rastras por la parte frontal del hospital Gautier, Bolívar Garabito, de 48 años, quien sufrió hace 22 días un Accidente Cerebro Vascular, que le afectó la movilidad de sus extremidades. No tenían una silla de ruedas para introducirlo al centro de salud para cumplir con las terapias que le habían indicado, por lo que se esforzaban para llegar. Su esposa Carmen sintió un gran alivio al recibir la donación y poder continuar su andar, de manera más cómoda: arrastrando la silla-andador, que recibió.

Para evitar que se siga cayendo

“Se cae a cada rato, tengo que estar detrás para agarrarla”, dice la hija de María Valdez, de 85 años, mientras salían del hospital Gautier. Ella se movilizaba con dificultad con un bastón, pero sus pasos se sentían inseguros. Se traslada al hospital desde el sector Katanga de Los Mina, y recibió muy contenta un andador.

Lea la historia completa en ((Xero dolor at nullaorem zzrit prat lan exeros ad dolore dolobor sis nullutat. Obortie consendiam dolorer atinim volor se exer. mimimimimimiAgna feum dolortie volorti scillut etumsandit lutpatis nim iureeuipisldddd _ALCANZADOS )) POR LA SOLIDARIDAD Ingresada en una de las salas de internamiento del hospital Francisco Moscoso Puello, Patria Amada Parra, de 90 años, está ajena a lo que pasa a su alrededor. Pero su hija Martha Parra, con quien vive su madre en el Kilómetro 19 de Las Américas, explica las necesidades que tiene de una silla de ruedas o algo que le permita movilizarla hasta el baño o sacarla al patio a tomar el sol, ya que a brazos se le hace difícil. Así que dijo sentir un gran alivio al recibir la donación.

Otros beneficiados

También recibieron donaciones los pacientes, Santa Aquino, de 80 años, diabética, y con tres intentos de infarto cardíaco, residente en Los Guarícanos, mientras esperaba en el área de consulta externa del hospital Moscoso Puello y Germán Ramírez, de 65 años, quien padece de problemas cardíacos que le impiden hacer esfuerzos. “Desde que me muevo, estoy cansado”, dice.

Además María Dolores Cáceres, de 66 años, del sector Los Ríos, quien tiene 30 años postrada tras sufrir de aneurisma cerebral y trombosis; José Alfredo Guzmán, de 54 años, del sector Buenos Aires de Herrera, quien tiene desgaste óseo, y Dominga García de la Cruz, de 41 años de edad, quien tras sufrir un infarto hace cinco años, quedó con lesiones severas que le impiden movilizarse por sí misma.

Tras un ACV

También se benefició con un andador Apolo Aquiles, de 74 años, quien hace tres años sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV) que le dificulta movilizar la mitad de su cuerpo. Su caminar era lento y torpe sostenido del hombro de su acompañante, por lo que, una vez recibido, se sujetó sin decir palabras, al andador. “Él habla, pero parece que ahora no quiere hablar”, dijo entre risas su acompañante.

(+) PARA SACARLA A TOMAR EL SOL Ingresada en una de las salas de internamiento del hospital Francisco Moscoso Puello, Patria Amada Parra, de 90 años, está ajena a lo que pasa a su alrededor. Pero su hija Martha Parra, con quien vive su madre en el Kilómetro 19 de Las Américas, explica las necesidades que tiene de una silla de ruedas o algo que le permita movilizarla hasta el baño o sacarla al patio a tomar el sol, ya que a brazos se le hace difícil. Así que dijo sentir un gran alivio al recibir la donación.

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