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CASO ODEBRECHT | PRISIÓN

Dos policías a cargo de vigilancia de Rodríguez

Domicilio. Los abogados de Roberto Rodríguez dijeron que la familia del imputado se siente feliz por su llegada al hogar, señalando que así podrá recibir tratamiento médico debido a su condición de salud.

Domicilio. Los abogados de Roberto Rodríguez dijeron que la familia del imputado se siente feliz por su llegada al hogar, señalando que así podrá recibir tratamiento médico debido a su condición de salud.

La presencia de dos policías uniformados de azul es el único detalle que pone en evidencia que la casa 23 de la calle Aída Cartagena Portalatín, en el sector La Castellana, es ahora la prisión domiciliaria del exdirector de Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), Roberto Rodríguez, uno de los imputados en el caso Odebrecht.

El gran portón negro de su residencia blanca de dos niveles abrió a las 4:55 de la tarde cuando él llegó, junto a su familia, y era trasladado por las autoridades en dos yipetas marcas Tahoe, ambas de color dorado.

Al desmontarse de uno de esos vehículos, el rostro de Rodríguez, quien también fue diputado y senador del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), cambió de manera espontánea y solo una sonrisa de alivio pudo marcarse en su rostro.

Mientras caminaba hacia la entrada de su hogar despidió con un rápido saludo a los periodistas que nos encontrábamos cubriendo su ingreso al hogar, actualmente convertido en su nueva cárcel sin barrotes pero sí con paredes y columnas debido a la prisión domiciliaria dictada el pasado miércoles por el juez de instrucción, Francisco Ortega Polanco.

La Castellana es un sector adornado de viviendas con altos muros que dificultan la visibilidad de sus jardines y galerías a quienes caminen enfrente de la acera e intenten echar un vistazo. Ante ese ambiente de tranquilidad y tan solo 18 minutos después de Rodríguez haber entrado a su casa, una mujer que se identificó como Amparo, “su hermana”, tocó el timbre para que la dejaran entrar. No quiso hablar con la prensa. Nadie quería hablar. Debido a la presencia de agentes policiales, algo casi nunca visto en ese vecindario, una anciana que pasea su perrito por la acera de la residencia, los observa con curiosidad.

No obstante, tras unos minutos, sus abogados Claudio Estephen y Francisco Campos, salieron para aclararnos que los parientes de su cliente se encuentran felices de que él esté en reposo, ya que su estado de salud está muy deteriorado y necesita todas las atenciones médicas.

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