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Prevenir el crimen educando en la cárcel

El primer paso verdadero para prevernir la criminalidad, es una política pública social y económica correcta.

Cambios. Con las denominadas "carceles modelos", el país ha dado pasos importantes hacia la eliminación del viejo sistema carcelario, aunque falta mucho por hacer en ese sentido, aquí y en toda la región

Cambios. Con las denominadas "carceles modelos", el país ha dado pasos importantes hacia la eliminación del viejo sistema carcelario, aunque falta mucho por hacer en ese sentido, aquí y en toda la región

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Carolina Santana SabbaghSanto Domingo

Las cárceles no tienen por qué ser espacios de proliferación del crimen, pueden ser espacios de prevención de la criminalidad. El Modelo de Gestión Penitenciaria apuesta a la educación como herramienta principal para la rehabilitación del reo y para prevenir que vuelva a delinquir una vez esté en libertad.

Aproximadamente el 37% de la población penitenciaria ingresa a la prisión dominicana sin saber leer y escribir. Esta cifra, por sí sola, demuestra una concentración de actores delictivos en la población con menor acceso o desarrollo educativo.

También puede notarse un historial general de pobreza y marginalidad entre quienes ocupan las celdas (en demasiados casos se trata de los efectos de la criminalización de la pobreza). Estas cifras son un indicador más de lo que desde hace décadas la comunidad científica de la criminología viene advirtiendo a las autoridades de todas partes del mundo: El crimen no es simplemente una mala decisión, es el resultado de la desigualdad, la falta de oportunidades y las condiciones a las que la población se encuentra sometida por políticas públicas débiles que no logran garantizar una correcta distribución de la riqueza, reducir la inequidad en el ingreso y garantizar educación, salud, vivienda y trabajo de calidad a los miembros de la comunidad.

Es justo señalar que este mal aqueja a toda la región. En términos generales, en América Latina, la gran mayoría de internos ingresan al recinto sin haberse escolarizado exitosamente. Según el PNUD, de una muestra de seis países de la región, aproximadamente tres de cada cinco internos no habían acabado los primeros nueve años de escolaridad, y cuatro de cada cinco no habían terminado los 12 años de escolaridad. La falta de educación, entonces, se traduce en un síntoma común entre las personas que han reñido con la Ley Penal en toda la región. La República Dominicana no es la excepción.

Por eso, una política pública social y económica correcta es el verdadero primer paso para prevenir la criminalidad. Sin embargo, la prevención terciaria, que no es más que aquella destinada a prevenir que una persona que ha delinquido vuelva a hacerlo, requiere un abordaje diferente: Una micro política pública de igualdad, por decirlo de alguna manera; de acceso equitativo a oportunidades educativas y económicas; y libre de los entramados de corrupción que propician, incentivan y favorecen el auge de la criminalidad.

Para ello, el Modelo de Gestión Penitenciaria dominicano ha optado por decretar como su prioridad la educación de las personas privadas de libertad a quienes le sirven. A algunos estudiosos de la criminología, entre los que nos incluimos, no nos parece correcto hablar de política penitenciaria de “re-educación”, aunque sea ese el término técnico. En la mayoría de los casos, la persona privada de libertad no fue educada previo a su ingreso al centro penal. Triste y felizmente, recibiría su primera oportunidad adecuada en la vida tras las rejas.

Por su trascendencia en la seguridad ciudadana, recorreremos los programas de alfabetización, educación escolar, educación superior y educación para el oficio desarrollados en el Modelo de Gestión Penitenciaria.

Alfabetización. Medido a partir de los seis primeros meses que le resultan posteriores a la fecha de ingreso del interno, el porcentaje de analfabetos es 0%. Es decir, si el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria (en lo adelante MGP) llegó a una cárcel para transformarla y en ella encontró a una persona iletrada o sí, una vez instalado el MGP en el centro, ingresa un nuevo interno que no sabe leer ni escribir, tras el debido proceso de enseñanza que toma alrededor de seis meses e inicia inmediatamente convergen el interno y el MGP, en el 100% de los casos, la persona privada de libertad en cuestión es capaz de leer y escribir, y se considera oficialmente alfabetizada.

En adición al programa de alfabetización del Nuevo Modelo, los CCRs han incorporado, en los últimos años, el programa “Quisqueya Aprende Contigo”, mediante el cual, se ha instruido a más de 500 internos para que aprendan a leer y escribir.

Educación escolar

Las cárceles del MGP se encuentran registradas en el Ministerio de Educación de la República Dominicana como centros educativos en los que se imparte educación escolar de los niveles básico, medio, y bachiller. En ese sentido, en las estadísticas oficiales, aproximadamente el 25% de los estudiantes de la vida en libertad (estudiantes escolares comunes) reprueban los exámenes estatales necesarios para considerar culminado el bachillerato (“Pruebas Nacionales”) . El contraste con las cifras de la educación tras las rejas es significativo: en el MGP, el porcentaje de reprobados en la primera convocatoria es menor al 1%.

Educación superior

Una vez culminada la educación escolar, el interno del MGP, tiene la posibilidad de cursar una carrera universitaria desde la cárcel. A inicios de 2014, el señor Ricardo Angomás, se convirtió en el primer interno en culminar los estudios de grado tras las rejas en toda la historia de la República Dominicana, pero Angomás no es un caso aislado, cientos de personas privadas de libertad en el MGP, han cursado o se encuentran cursando estudios de grado. Esto representa más de 9 de cada 10 de los internos que están habilitados (han culminado el bachiller y aprobado las Pruebas Nacionales) para cursar estudios de licenciatura.

Educación artesanal y para el oficio. Los Centros de Corrección y Rehabilitación del NMGP, de la mano con los talentos de la comunidad, ofrecen además talleres de educación para el oficio, que incluyen programas en panadería, repostería, ebanistería, agricultura, avicultura, manualidades, agropecuaria, sastrería, entre otros más, para una oferta total de cuarenta y dos (42) cursos y talleres. A través de estos programas, y mientras la persona privada de libertad aprende un oficio que le podrá ser útil en su vida en el medio libre, el resultado de su trabajo en este proceso educativo es vendido más allá de los muros y las ganancias de la venta son repartidas entre el interno, su familia, y el Centro de conformidad con lo dispuesto en la Ley 224-84, sobre régimen penitenciario, permitiendo a la persona privada de libertad contribuir al sustento de sus familiares y descendientes y ahorrar para su futura vida en libertad, a la vez que se capacita en un oficio, como parte del tratamiento.

Así, alfabetizados, escolarizados y hasta profesionalizados, incluyendo el desarrollo de nuevas habilidades y conocimientos para el oficio productivo, el Modelo de Gestión Penitenciaria devuelve miles de personas a la sociedad, con herramientas suficientes para llevar vidas libres de conflictos con la Ley. Los números lo confirman: más del 60% vuelve a cometer un crimen o delito si no recibe el tratamiento del MGP, pero si lo recibe, menos de un 5% reincide. Eso es prevenir, ahorrarle sangre y lagrimas a nuestra gente.

Pero, hace cinco años que no se le invierte ni un peso más a este proyecto. Ahora tenemos que apostar a que el gobierno, que ha confirmado estarlo considerando, apoye la iniciativa del Patronato Nacional Penitenciario, para que se transforme La Victoria, duplicando con la población penitenciaria sujeta a los esfuerzos de prevención terciaria y educación intramuros del MGP.

NOVEDAD

Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria (2012).

Reporte interno de datos preliminares acerca de situación educativa en la reforma penitenciaria dominicana. Coordinación Nacional del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, Santo Domingo, República Dominicana. INFORME PNUD página 27 Escuela Nacional Penitenciaria de la República Dominicana (2013). Oferta educativa de la ENAP.

Capítulo “Alfabetización”. ENAP, Santo Domingo, D.N., República Dominicana.

Oficina Nacional de Estadísticas de la República Dominicana. Reporte disponible en: http://www.

one.gob.do/index.php?Module=articles&func= view&catid=98 Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria (2012).

Reporte interno de datos preliminares acerca de situación educativa en la reforma penitenciaria dominicana. Coordinación Nacional del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, Santo Domingo, República Dominicana.

Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria (2014).

Nota de prensa oficial sobre educación superior en las cárceles dominicanas, de fecha 14 de febrero de 2014. Coordinación Nacional del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, Santo Domingo, República Dominicana.

Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria (2012). Compilación de reportes diarios de los Centros de Corrección y Rehabilitación (CCRs) del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, correspondientes a los años 2003-2013. Meses seleccionados. Santo Domingo, D.N., Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria (2012).

Compilación de reportes diarios de los Centros de Corrección y Rehabilitación (CCRs) del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, correspondientes a los años 2010-2012. Meses seleccionados. Santo Domingo, D.N., República Dominicana.

República Dominicana. LEY 224-84, sobre régimen penitenciario. Publicada en la Gaceta Oficial No. 9640, de fecha 26 de junio de 1984.

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