Efectos psicológicos de vivir arropados por la delincuencia

La delincuencia arropa a los dominicanos. Los periódicos y noticiarios están repletos de violencia y muerte. Todos los hechos sangrientos que ocurren a diario en el país están afectando considerablemente a los ciudadanos, hasta el punto de hacerles cambiar su conducta, estilo de vida y forma de ver las cosas.

Es por eso que es importante saber cuáles son las consecuencias de vivir en un estado de inseguridad, donde no se puede confiar en nadie y las personas tienen miedo hasta de su propia sombra.

La psicóloga Rafaela Burgos explica que el estrés constante es dañino para la salud física y emocional de las personas, porque lo normal es que se presente cuando se esté frente a una amenaza o cuando hay alguna situación especial.

Asegura que es preocupante el hecho de que los ciudadanos se sientan totalmente inseguros, sin recursos para protegerse y que no tienen control de la situación por los niveles de inseguridad a los que son sometidos día tras día.

“El problema con la violencia y la inseguridad es que es constante. Hay una percepción constante de que estoy en peligro y sentirse todo el tiempo en peligro daña el sistema natural de respuesta que tiene el organismo, porque lo hace permanente”, señala Burgos.

Además, agrega, provoca un daño real al sistema nervioso, desconfianza general, ansiedad constante y falta de concentración, porque la gente tiene que tomar en cuenta aspectos que no debería, como es el caso de la seguridad ciudadana.

“Tienes que saber cómo te bajas del carro y cómo te subes, si llevas el celular y tienes que calcularlo todo. Las personas ya no saben cómo actuar para tomar acciones e intentan hacer cosas y dejar de hacer otras para protegerse, pero igual eso no es garantía”, expresa.

También declara que la delincuencia genera ansiedad, impotencia, rabia, enojo y muchos sentimientos encontrados, sin que podamos hallar alternativas que den tranquilidad.

Otros aspectos importantes que resultan afectados dentro de la conducta ser humano son el sueño, la socialización y la confianza, tanto en los adultos como en los niños.

La doctora resalta que los adultos son los que les transmiten seguridad y confianza a los niños, por lo que es normal que ellos también se sientan inseguros, porque están expuestos a la información por los medios y por el miedo que reflejan los adultos.

“Los niños no se sienten protegidos, porque no somos capaces de protegerlos de la violencia y saben que la situación está fuera de control”, indica.