Final del conteo y los ruidos

Los ruidos que los opositores al presidente Medina han hecho tras las elecciones del 15 de mayo parecen aplacados a dos semanas de esos comicios, faltando por darle término a los recuentos de votos de Santo Domingo Este, el Distrito Nacional y la certificación del gobernante reelecto y la reelecta vicepresidenta, Margarita Cedeño de Fernández.

La proclamación, un requisito constitucional, pero en el caso un mero formalismo porque el binomio gobernante ganó abrumadoramente las elecciones, requiere de la reunión de la Asamblea Nacional para cumplir el párrafo 2 del artículo 120 que dice: “examinar las actas de elección de la Presidenta o Presidente y de la Vicepresidenta o Vicepresidente de la República”.

Un requerimiento previo es que la Junta Central Electoral, JCE, entregue a los dos recientemente elegidos sus respectivos certificados de elección, lo que daría paso a que el presidente Medina forme un equipo de transición, aunque en la ocasión, se quedarán los gobernantes pero se esperaría una amplia reorganización del régimen.

En la conveniencia de Medina, del régimen y de los sectores económicos que han acogido su elección como válida, está el hecho de que con la certificación de la JCE concluyan los escarceos que se han llevado a cabo, aunque sigan adelante las discusiones sobre la situación de las boletas congresuales y municipales.

El que varios partidos menores no acepten reconocer la elección de la pareja gubernativa, excepto el caso del licenciado Hatuey De Camps, presidente del Partido Revolucionario Moderno, PRM, posiblemente extenderá por algún tiempo el tejemaneje post electoral que al final no tendría consecuencias.

Medina ha reasumido su programa de inauguraciones de escuelas y visitas sorpresas, poniendo de su parte en el empeño que tendría el régimen en que todo vuelva a una normalidad completa, pero nombrar su comisión de transición alentará las esperanzas de los que le apoyaron y de los que quieren una renovación del gobierno.

Necesitará sombreros

El presidente Medina necesitará muchos sombreros para tocar las cabezas de los tantos aliados que le ayudaron aunque con poco, a ganar las elecciones. Tiene también orejas paradas a los suyos, hasta los que son calificados de malos y muy malos por el público, aferrados a los puestos desde hace 16 años.

Algo que lo ayuda, mientras piensa en el gabinete que pudiera complacer a la calle, es que saldrán por disposición constitucional los miembros de la Cámara de Cuentas, parte de la Suprema Corte de Justicia debido al cumplimiento de 75 años de edad y los actuales integrantes de la JCE, que certificará la elección.

Medina dispondrá de sombreros para las cabezas de los que aspiren a las altas cortes, pero de seguro encontrará la resistencia de los partidarios miembros del comité político del PLD, que no desean verse afuera del régimen y de los cuales, hasta los octogenarios creen que siguen siendo útiles y reclaman “sacrificarse”.

Si Medina decidiera constituir un equipo ministerial diferente a los que llevan casi cuatro años en su régimen, que estaban antes en los del doctor Fernández, el presidente pudiera invocar la necesidad de cambios y no así que los que salen habrían cometido hechos reñidos con las leyes del país.

Hay quienes creen que vistos los hechos durante el régimen que casi termina y el trabajo llevado a cabo por los ministros, solamente tienen sus poltronas seguras Gustavo Montalvo y José Ramón Peralta, de la Presidencia y Administrativo y Gonzalo Castillo, de Obras Públicas, una revelación de aparente eficiencia.

Otro que casi seguramente se quedará en su puesto es Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, decano de los gobernadores de bancos centrales de América. De la camada de economistas formados en el BC bajo el gobernador Diógenes Fernández, ha dirigido la institución desde agosto de 1994-2000 y desde 2004 hasta hoy.

No habría caso hipotético para aplicar a que el presidente cambie a Peralta o a Montalvo, pero en lo que concierne al gobernador Valdez, el problema sería encontrar a alguien que tenga su perfil profesional y su prestigio personal, aunque no haya escapado a las críticas de opositores. Alan Greespan, gobernador del Banco Central de Estados Unidos, duró en el puesto desde 1987 al 2006 con los presidentes Reagan, Bush padre, Bill Clinton y Bush hijo, en total 19 años.

Movilidad institucional Una de las críticas que recibe el régimen de Medina y que, en su momento soportó el del ex presidente Fernández es que permanecían en los puestos por largo tiempo personas mal calificadas por el público, que hacían ostentación del uso de los recursos del estado y que le dieron la espalda a la base partidaria.

Algunos recibieron casi la propiedad de consulados bien rentados; uno de ellos lo “heredó” de su padre, así como de superintendencias importantes y direcciones. Políticos de oposición que se opusieron a la reelección del presidente Medina, permanecen con sinecuras a la vista de todos y provocando urticarias y mal estar a los compañeros.

La coyuntura internacional posiblemente demandará del presidente Medina, que ha sido sabio en el manejo de la situación de la región, particularmente de Estados Unidos, Haití y Venezuela, un reenfoque de las mismas porque habrá nuevos presidentes en los dos primeros países y nadie sabe del tercero.

Quizás por ello es que se ha mencionado en la prensa el nombre del ingeniero Miguel Vargas Maldonado, presidente del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, como posible ministro de relaciones exteriores del nuevo gobierno, lo que propiciará un entronque con la Internacional Socialista, de la cual es vicepresidente.