Madres que trabajan en el festejo de su día

República Dominicana celebra hoy el Día de las Madres. Para Flor Estabanía Batista trabajar este día es una oportunidad de recibir más ingresos, lo que le garantiza un mejor sustento de su hija de 11 años.

Es madre soltera y trabaja como vendedora en una tienda por departamentos.

“Quisiera estar en casa con mi hija, pero en esta fecha recibimos más clientes y se vende más. Ella depende en todo de mí”, dice con preocupación.

Katia Robert, es una Amet (agente de la Autoridad Metropolitana del Transporte), hoy tiene que levantarse más temprano de lo acostumbrado, llevar su hijo de siete meses de nacido a Haina, donde vive su madre para dejarlo a su cuidado, y regresar a una de las intersecciones de la avenida 27 de Febrero en el Distrito Nacional para controlar el tránsito.

“No es fácil”, responde a la pregunta de qué opinión le merece como madre trabajar el Día de Las Madres, y agrega que su deseo sería pasar el día con su hijo y su madre, pero “el deber me llama”.

Como ellas, cientos de madres dominicanas laboran hoy y lo ven como una rutina normal y como la mejor manera de velar por el bienestar de sus hijos, como es el caso de las profesionales de la medicina, enfermeras, periodistas, farmacéuticas, bioanalistas, policías, cajeras y dependientes de áreas de servicios de negocios de comida, tiendas y regalos, así como trabajadoras informales, incluyendo vendedoras de flores, uno de los regalos que más abundan en la fecha.

Patria Reyes y Cándida Acosta son dos periodistas que conjugan la labor de madres y profesionales sin reparar en festividades, para cumplir con su labor. Para Patria, madre soltera de tres hijos, hoy es un día como todos, porque en este oficio no hay día de fiestas. “Para mí la maternidad ha sido muy bonita, pero muy retadora, porque no es solo darle protección, sino también comprometerse con su salud emocional y física, pero además prepararme como mujer y profesional”. “La madre dominicana carga muy pesado”, agrega, ”porque todavía el hombre en la familia asume el rol de proveedor, no de hacedor, y es un proveedor deficiente muchas veces, y casi nunca acompaña a los hijos a crecer”.

Para Acosta, madre de tres hijos y cuatro nietos, el trabajar hoy y todos los días feriados acarrea un gran peso, porque lo ideal es dedicarlo a la familia. “Tenemos el dilema, porque si no se trabaja no se pueden tener los recursos que garanticen el sustento, y en esta sociedad el hombre solo no puede con el sustento familiar. Eso lleva a que hoy “seamos madres por teléfono y madres sombrilla”.

Ve que con los años la carga de la mujer ha ido empeorando, porque hay que ser madre, esposa, gerente de la casa, empleada y estudiante, ya que cada día hay que seguir capacitándose, “y encima de eso los estudios indican que hay grandes desequilibrios salariales”.

De acuerdo a la Oficina Nacional de Estadística (ONE), titulado para el 2010, la tasa de participación laboral de la mujer era de un 42.4% frente a un 67.8 masculino y la tasa de participación laboral de las mujeres mayores de 25 años con estudios universitarios era de un 78.4%, frente a un 71.9 masculino.