El 58% de los 24,719 reclusos del país son preventivos

La población penitenciaria dominicana está integrada por 24,719 reclusos, de los cuales 14,543 están en condición preventiva (58.8%) y 10,176 condenados (41.2%), conforme a un reporte de la Dirección General de Prisiones, hasta el 24 de agosto.

En las cárceles guardan prisión 24,096 hombres y 623 mujeres. Además, 1,699 son extranjeros, el mayor número de nacionalidad haitiana, con 1,310; 70 son norteamericanos y 319 de otras nacionalidades que no especifica el informe.

En el sistema tradicional están recluidos 16,000 , mientras que en los centros del nuevo modelo 8,719. La población penitenciaria incluye a 106 expolicías y exmilitares, los cuales están recluidos en la cárcel del Campamento de Operaciones Especiales, ubicado en Manoguayabo La mayoría de las personas que ingresan a prisión son por los delitos de robo y drogas, según expresó el director de Prisiones, Tomás Holguín La Paz, aunque no precisó en qué porcentaje.

En tanto, sí estableció que 30 por ciento es por homicidio, con alrededor de 8,000.

El director de Prisiones dijo que la mayoría de los narcotraficantes están en los centros del nuevo modelo de gestión penitenciaria, lo cual, aclaró, no constituye un premio.

Argumenta que en esos centros las visitas son más restringidas y los límites estrictos.

“Nunca estar preso va a ser un premio”, puntualiza, tras precisar que los presos se sienten bien si están en el espacio que ellos dominan.

Holguín La Paz señaló que los integrantes de bandas se mantienen separados y son trasladados de cárcel cuando hacen líos. Sostuvo que los reos le tienen terror a los traslados, porque los ubican lejos de sus casas. Al referirse a la cárcel del 15 de Azua, dice que los imputados le tienen terror porque es un recinto temerario, que está ubicado en un lugar aislado e inhóspito.

Observa que se ha reducido la población de menores en el sistema penitenciario, lo cual atribuye a que existe menor deserción escolar con la tanda extendida. Estima que guardan prisión aproximadamente 600 menores, cuyos centros no están bajo la Dirección de Prisiones.

Y dijo que es complicado medir cuántos ingresan y salen de prisión, aunque señaló que los lunes y los martes son los días de más ingresos.

Citó por ejemplo que en La Victoria ingresan un promedio de 25 cada día pero que en ocasiones aumentan a 50. Por lo regular salen menos que los que ingresan.

Precisó que Prisiones es la ejecutora de las órdenes de libertad de los jueces y refirió que generalmente la reciben el mismo día en que los reclusos deben salir porque han cumplido la pena.

Manifestó que tuvieron que adoptar medidas en la cárcel La Victoria para poder garantizar que los internos acudan a las audiencias cuando les corresponde, tras resaltar que antes había un desorden porque los reclusos no permanecían en el lugar que les correspondían y cuando los iban a buscar para llevarlos al tribunal no los encontraban.

Afirmó que los internos están ubicados en el área que les corresponde. Sostuvo que hay personas que por su condición social se les busca ubicar en un área más decente. Citó cárceles de otros países donde a los presos se les cobra por los privilegios que reciben y el Estado les cobra un arbitrio por ese privilegio.

“Hay cárceles tan avanzadas donde la única limitante es la libertad”, añadió. En cuanto a los internos que son adictos, señaló que gestionan que entren al programa de tratamiento iniciado por el Consejo Nacional de Drogas, que lo ve como enfermos.

La directora de Estadísticas, María Pelegrín, precisó que esta semana la Junta Central Electoral (JCE) inició un proceso de cedulación en La Victoria, para cual instalaron 20 máquinas. Dijo que este programa permitirá que los presos preventivos puedan votar en las próximas elecciones.

Se ha proyectado que la cedulación termine en tres semanas.

CONTROLAN NIVELES DE HACINAMIENTO Sobrepoblación Los niveles de hacinamiento en las cárceles están estabilizados, según asegura el director de Prisiones.

Tomás Holguín la Paz puso como ejemplo la cárcel de El Seibo, que en ocasiones ha llegado a recibir 1,200 reclusos, pero ahora tiene 700.

Dijo que el hacinamiento ha mermado, no porque se haya dejado de recibir gente, sino por una mayor integración de los actores del sistema judicial.

Refirió que si se amerita variar la prisión preventiva por otra medida se hace. No obstante, consideró que la presión mediática hace que fiscales y jueces impongan prisión en algunos casos que se puede colocar otra de las siete medidas de coerción que contempla el Código Procesal Penal, entre ellas garantía económica, impedimento de salida o presentación periódica. Recordó que la libertad es la regla y la prisión la excepción.

Refirió que con relación al arraigo el juez tiene la última decisión y que solo se mide en función de los bienes. Manifestó que a las cárceles entran y salen internos diariamente, unos que ingresan por primera vez, otros que tienen que ir a audiencia o a hospitales.

También entran abogados que visitan sus clientes, religiosos y representantes de entidades que entregan donaciones.

Indicó que los internos salen de los centros con seguridad y que no se les permite ir solos por más confianza que se les tenga, pues precisa que ha habido reclusos que se fugan faltándole una semana para cumplir la condena. Expresó que el mundo delincuencial es muy complejo.

Los internos deben levantarse a las seis de la mañana, toman el desayuno de 7:30 a 8 de la mañana.

A las 12 del día es el horario de comida y en la tarde tarde realizan actividades recreativas, deportivas y educativas.

Deben entrar a sus celdas de cuatro a cinco de la tarde, donde deben permanecer hasta acostarse.

A la llegada al recinto los internos son sometidos a evaluación. El director de Prisiones sostuvo que los penales son un mercado, donde existen colmados, barberías, farmacias, tarantines en esquinas y otros negocios.

“El penal es un pueblo cerrado”, señala.