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FEMINICIDIOS

Violencia afecta más a mujeres en la edad productiva

EXPERTAS DESTACAN EL IMPACTO ECONÓMICO

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Wanda Méndez y Juan SalazarSanto Domingo

La violencia contra la mujer no solo constituye un obstáculo para el desarrollo del sexo femenino, sino también para el país, planteamiento en que coinciden especialistas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y del Ministerio de la Mujer, así como la investigadora de temas sobre violencia de género, Susi Pola. Raissa Crespo, representante del PNUD en el país, afirma que la violencia de género es un gran obstáculo para el desarrollo, no solo de la mujer, sino de los países, porque las mujeres son el 50 por ciento de la población y aportan 50 por ciento o más al desarrollo de las naciones. Expresa que aquí la mayor violencia proviene de parejas o exparejas, algo que viene desde una relación muy íntima, por lo tanto sostiene que afecta de manera muy fuerte a las mujeres. Señala que esa violencia no solo impide que esa mujer pueda salir al espacio público a aportar a la sociedad en varias formas, sino también su desarrollo en el seno de su familia. “Es un gran obstáculo para su desarrollo a todos los niveles”, enfatiza. Mientras, Guillermina Martín, consultora del PNUD en sistemas de igualdad de género, sostiene que ese problema tiene un impacto directo en las economías de los países, en las familias y en las personas, porque afecta la posibilidad de trabajar, de acceder y de ser productiva en una sociedad. Precisa que hay varios estudios sobre el costo de la violencia contra las mujeres que indican que tiene un impacto directo en todas las economías en desarrollo. Es por ello que plantea que la violencia contra las mujeres es una responsabilidad de todos los sectores, no solo de la mujer que está sufriendo violencia, sino también de su entorno familiar y comunitario, del Estado, y del sector empresarial. Puntualiza que muchas mujeres que sufren violencia son trabajadoras, formales o informales, por lo que entiende que no solo repercute en la clase más pobre o vulnerable, sino en todos los sectores sociales. Consciente de esa realidad, Martín sostuvo que han estado trabajando con empresas sobre la prevención de la violencia contra las mujeres en el sector privado, para que comprendan cuál es su rol. La consultora sostuvo que los costos de la violencia están asociados a lo que el Estado está destinando por esa situación de violencia. Precisó que el Estado asume un costo directo con los recursos que asigna para atender esa problemática en el sector salud, en la justicia y en la Policía Nacional. Como costos indirectos, citó la posibilidad de que la mujer deje de trabajar y de ser una persona productiva para el país. “Es importantísimo poder apoyar a las mujeres en todos los procesos, no solamente en la prevención y en la detección, sino también en la reparación, qué pasa cuando las mujeres dejan de sufrir esa violencia, cómo pueden volver a tener su calidad de vida, un proyecto de vida”, subrayó. Abogó porque el Estado, la sociedad civil y el sector empresarial trabajen para apoyar a las mujeres que padecen violencia para que se preparen y se inserten en el mercado laboral. Edad productivaSegún cifras de la Procuraduría General de la República, 67.05% de las 795 muertes violentas de mujeres ocurridas desde el 2010 al 2013 fueron féminas con edades entre 20 y 49 años. La abogada e investigadora en temas de violencia de género, Susi Pola, lamentó que la mayoría de las víctimas de los feminicidios son mujeres en edad productiva y reproductiva. Pola entiende que no sólo es preocupante la cantidad de mujeres asesinadas en el momento que pueden realizar aportes a la economía de sus hogares y al desarrollo de la nación, sino también el trauma que esto provoca en el sexo femenino. “Hay que cambiar toda la estrategia de prevención. Todo el sistema socioeconómico y político nacional tiene que considerar que la mitad de su país y un poquito más quizás estamos siendo agredidas por la otra mitad”, indicó. Precisó que el impacto económico en las familias es mucho mayor porque el hombre también va a la cárcel o se suicida, además de los niños que quedan huérfanos, quienes quedan a cargo de parientes a los que se suma una carga adicional. Consideró que cualquier inversión que haga el Estado en campañas de prevención para prevenir los feminicidios, sería mucho menor que el impacto económico que generan estos asesinatos en la sociedad, porque se trata de la mitad de la población más productiva y la que hace el aporte más significativo a la sostenibilidad del aparato productivo nacional y de Latinoamérica. “Mientras los hombres siguen cegados sosteniendo el sistema político, sin una visión de género para nada, las mujeres son el soporte más significativo al desarrollo socioeconómico del país y de Latinoamérica”, añadió. La abogada y experta en temas de violencia de género precisó también que las universidades están repletas de mujeres y son las que obtienen las mejores calificaciones, pese a que les cuesta más trabajo que al hombre estudiar, porque cuando llegan al hogar tienen una jornada adicional que desarrollar. “Cuando llegan al hogar tienen que robarle tiempo al sueño. Sin embargo, las mujeres persisten y terminan sus estudios, mientras que los hombres son más desertores”, añadió. Lucha desigualAl igual que las representantes del PNUD y Pola, Violeta Quezada, encargada de articulación con la sociedad civil del Ministerio de la Mujer, está de acuerdo en que la violencia contra la mujer representa un gran obstáculo para su desarrollo. Dice que esa mujer primero tiene que enfrentarse a una lucha desigual de relaciones de poder, lo cual dice es la primera manifestación sobre la que se sustenta la violencia. “Porque en el caso de las que son casadas, por ejemplo, enfrentan situaciones de violencia dentro de la casa por parte de sus compañeros, quienes entienden erradamente, que ella es la responsable absoluta del cuidado de la casa y de la familia y cualquier falta o error cometido por las mujeres en el desempeño de estas labores, será causa más que suficiente para que sus compañeros las violenten tanto física, verbal como psicológicamente”, expresa. Percibe que los hombres se consideran dueños de esas mujeres, no sus compañeros en condiciones de igualdad y con las mismas responsabilidades sobre el derecho de las familias, como establece el artículo 55, numeral 10 de la Constitución. Señala que una mujer que haya sido maltratada y agredida por su compañero no puede mostrarse feliz a la sociedad, que espera de ella un desempeño eficiente y de calidad. Manifiesta que en la cultura machista y patriarcal que impera en el país, a las mujeres se les perdonan menos los errores. Quezada refirió que esta realidad puede verse diariamente, a través de los feminicidios que los medios de comunicación definen como pasionales, con títulos como “hombre celoso mata mujer”. “Los hombres estadísticamente comprobado son infieles en nuestra cultura y las mujeres igual sienten celos, pero no los matan y la sociedad se calla y en el mejor de los casos los aplaude”, indicó. PrevenciónMartín entiende importante el involucramiento de los gobiernos locales en las labores de prevención y detección de la violencia de género. Propugna por estrategias a nivel local para detectar y prevenir, porque considera que en los municipios se puede llegar temprano a una situación para evitar que se convierta en un feminicidio. “Si detectamos situaciones en el momento se puede empezar a trabajar en el círculo de la violencia, el nivel local es central, porque a nivel nacional es muy difícil coordinar estas instancia de detección”, indica. Mientras, Crespo observa que en el país y naciones de la región la mayoría de las alcaldías son dirigidas por hombres, por lo tanto considera que las medidas que se pudieran tomar a nivel de las alcaldías que son las que manejan los recursos, las políticas no las deciden las mujeres, sino los hombres. Percibe que aunque hay hombres valientes, no deciden ni aportan recursos a nivel local para poder adoptar medidas que eviten la violencia de género. Identifica ese aspecto como una gran debilidad en el país y en la región. En el caso del país, precisa que solo el 7,7 de mujeres son alcaldesas de 155 alcaldías, por lo que afirma que las medidas que se puedan tomar en ese nivel no son las mismas que podrían tomar las mujeres. Entretanto, Pola insistió en que el Estado declare como emergencia nacional la violencia contra la mujeres, a fin de que todas las instituciones públicas dediquen sus esfuerzos y recursos a trabajar con esta problemática.

AGRESIÓN IMPACTO

Raissa CrespoVIOLENCIA ES OBSTÁCULO La representante del PNUD señala que la violencia de género impide a la mujer desarrollar sus actividades sin miedos, y constituye un gran obstáculo para su desarrollo a todos los niveles.

Guiilermina MartinIMPACTO DIRECTO La consultora del PNUD precisa que varios estudios sobre el costo de la violencia contra las mujeres indican que tiene un impacto directo en todas las economías en desarrollo.

Susi PolaEDAD PRODUCTIVA

La investigadora en temas de violencia de género considera necesario cambiar toda la estrategia de prevención, pues la mitad de la población más productiva está siendo agredida por el otro 50 por ciento.

Violeta QuezadaCAUSA INFELICIDAD

La ejecutiva del Ministerio de la Mujer dice que una mujer agredida por su pareja no puede mostrarse feliz ante la sociedad.

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