“A Hard Day”

Las películas de historias no necesariamente persiguen el entretenimiento como única finalidad. Unas sobresalen de otras por la depurada puesta en escena, la combinación de géneros (triller y comedia negra, por ejemplo) y el marcado equilibrio entre guion y cinematografía. En ellas, el trabajo de los actores pasa a un segundo nivel. A la hora del “casting”, el director prefiere contratar a figuras que “vendan en taquilla”, pero que “no le roben el show” de su película y se dejen llevar por su mano.

“Hard day” pertenece al tipo de cintas que solo pretenden contar y entretener. Como aquellos western de los años 40 que insuflaban el valor de un sheriff o de un vengador en contra de sus verdugos.

Dicho en otras palabras, “Hard Day” no es una pieza de culto, ni elaborada para ser apreciada por sus valores cinematográficos.

Es una pieza que si bien no persigue deslumbrar, demuestra una indiscutible pericia tecnológica, un relato cinematográfico intenso, (atropellado a veces) e interesante que, desde el punto de vista de las influencias, rinde tributo a algunos maestros del género como Quentin Tarantino y John Woo, por ejemplo.

La corrupción policial y sus vínculos con el narcotráfico vuelve a ser el eje central de una puesta en escena muy coreana, donde el absurdo y el juego de casualidades se confunden, complementan y dimensionan para mantener la tensión.

“Hard Day” brilla con luz propia también por la manera de proyectar el dinamismo oriental. Los giros inesperados de la trama, la inclusión de personajes simbólicos (que más que representar determinado tipo de conducta, aparecen y desaparecen como voces de alerta), contribuyen a incentivar la vigencia de la sinrazón.

No es un “film” en nada pretencioso, pero sí equilibrado. No fue preparado para buscar la complicidad de la crítica. Ni de vientos perdurables. Por el contrario, pertenece a la categoría de obras elaboradas a manera de reloj, pieza por pieza; un filme que se acepta, se disfruta, pero no necesariamente quedará por mucho rato en la memoria del espectador, salvo como punto de referencia de una cinematografía como la coreana, que sabe “hacer de todo” a su propia manera, una cinematografía distinta, llena de propuestas que persiguen cautivar a todo tipo de público.

Ficha técnica País: Corea del Sur. Año: 2014. Duración: 111 minutos. Dirección y guión: Kim Seong-Hoon. Reparto: Lee Seon-Gyun, Jo Jin-Woong, Jeong Man-shik, Sin Jeong-Geun, Cho Jin-Woong, Dong Mi Shin. Sinopsis: Al regreso del entierro de su madre, un agente atropella a un desconocido. Decide esconder el cadáver en la tumba de su madre. Los problemas, sin embargo, no quedan enterrados: uno de sus compañeros investiga a la víctima y un testigo le intentará hacer la vida imposible.