Un estilo de vida

Al iniciar un nuevo año comenzamos las dietas y ejercicios como resultado de una emoción impuesta por la tradición de que debemos establecer metas en nuestras vidas, indica Francisco Rivera Fondeur, neuroendocrinólogo, creador y director del programa “Control de peso por dinámica de apoyo”.

Con frecuencia se utilizan regímenes nutricionales indicados a otras personas para abaratar costos y buscando facilidades; de ahí tantas desilusiones con las dietas cuando estas están diseñadas según diferentes condiciones de salud o para mejorar la capacidad física o rendimiento en una disciplina deportiva. Puede ser hasta peligroso tomar prestados esos programas sin la asesoría adecuada, agrega Rivera Fondeur, quien actualmente es el jefe del servicio de endocrinología del Hospital Dr. Francisco Moscoso Puello.

Altagracia Hernández, nutrióloga clínica, insiste en que cada caso es individualizado. Cita por ejemplo a los médicos y enfermeras que por sus horarios rotativos deben personalizar un plan acorde a su estilo de vida. “Cada individuo es distinto, por esto los planes de alimentación deben ser diseñados acorde a la edad, peso, talla y estilo de vida de cada paciente”.

Comer bien “Comer saludable es proveer a tu cuerpo y tus órganos todos los nutrientes necesarios para mantenerte en un buen estado de salud física, mental y emocional; lo que llamo: bienestar, que es un estadio permanente de equilibrio entre esas tres esferas de tu vida”, describe Rivera Fondeur.

Altagracia Hernández, quien ha desarrollado programas individualizados en dietética, agrega que “comer saludable es enfocar tu alimentación en tu salud, es optar por lo natural, es comer lo que no viene empacado ni tiene etiquetas. Comer bien es aprender a escuchar tu cuerpo para diferenciar el hambre de la ansiedad. Es entender que somos lo que comemos, es la oportunidad de estar hechos de la mejor calidad; en cambio, una dieta es para una ocasión y usualmente tiene fecha de caducidad, no te enseña a cultivar buenos hábitos porque las haces solo para lograr una meta y luego la abandonas”.

Ambos profesionales coinciden que un adulto normalmente debe de comer tres veces al día, en horarios equidistantes de 4 a 5 horas, pues es el tiempo que le toma al organismo mezclar, disolver, procesar y digerir los alimentos; en especial, si tienen compuestos lácteos, grasas o aceites. Estos últimos son grupos de alimentos que les toma más tiempo encausarse y asimilarse.