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MEDIO AMBIENTE

Volver al “corazón” del río Yaque del Norte

No estamos a la altura ni en el tono de la realidad de la cuenca del río Yaque del Norte”, asegura expresidente Eduardo Rodríguez.

Pareciera que la indiferencia minimizó la importancia de sus aguas. No es que el río Yaque del Norte haya muerto, pero la situación actual de su cauce confirma que ha habido poco compromiso para enfrentar como un propósito de país la destrucción de uno de los afluentes más importante de la República Dominicana.

Diversos estudios y diagnósticos realizados por organizaciones preocupadas ante el deterioro del Yaque, evidencian lo que en 1981 se recomendó declarar como emergencia nacional: la degradación progresiva de su cuenca, la más grande de la isla de Santo Domingo.

En medio de la apatía ha habido esfuerzos para paliar el escenario por el que fluye el Yaque del Norte, pero no han sido suficientes.

Todo indica que ha falta do educación y voluntad política para actuar con autoridad.

Para poner en perspectiva los factores que menoscaban la calidad de sus aguas, se conversó con ambientalistas y personas de la sociedad civil interesadas en que la realidad del afluente se aborde de manera integral. Varios temas se trajeron a colación.

Al origen Eduardo Rodríguez, expresidente de la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI), sostuvo que para entender la realidad de la cuenca del río Yaque del Norte hay que poner en contexto dos problemas fundamentales: producción y calidad de agua.

Ambos los asocia con la cultura de degradación que predomina en el país.

Rodríguez explicó que en las montañas de Jarabacoa, cuenca alta del Yaque, existe un uso de suelo y producción extremadamente conflictivos. Según su argumento, allí la tierra es de vocación forestal pero se utiliza para cultivos agrícolas. “A medida que esta acción se acentúa, se ve afectada la capacidad de producción y retención de agua de esos terrenos”, agregó.

El también agrónomo conservacionista expresó que como se está deteriorando la zona donde descansa el corazón del Yaque, cuando deja de llover, inmediatamente se refleja en las presas.

Respecto a la calidad del agua, defendió la necesidad de una autoridad en la cuenca del Yaque.

EN SANTIAGO: En el calendario, el mes de junio está dedicado al medio ambiente. La Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI) y las instituciones más representativas de Santiago de los Caballeros, aprovecharon esta fecha para dedicar un espacio al río Yaque del Norte dentro sus actividades programadas en las que se involucraron niños, niñas, adolescente y adultos En ese orden, SOECI realizó una caminata que llevaba por lema “Cuidando el Yaque, Salvas tu Vida”.

Con la marcha, la entidad buscó enviar un mensaje a las autoridades, empresas y ciudadanos de que es imprescindible un compromiso colectivo para detener el “ecocidio”, al que se ha sometido el Yaque del Norte, que tiene casi el 15 por ciento del territorio dominicano con 296 kilómetros de recorrido siendo así el afluente más grande del país.

Una labor colectiva para salvar al Yaque Recientemente, SOECI denunció que el 30 por ciento de la basura que se produce en la urbe tiene como destino el afluente. A esa denuncia, Eduardo Rodríguez añadió que el Yaque está recibiendo unos tres metros cúbicos de aguas residuales por segundos, a través de 60 corrientes que descargan en su caudal.

Rodríguez relacionó la contaminación del Yaque en Santiago con una cultura de degradación de los ecosistemas. “La gente utiliza los arroyos y cañadas para tirar la basura cuando el camión recolector no pasa o para conectar las aguas residuales porque no hay un sistema de drenaje eficiente”, enfatizó el ambientalista.

Otro punto a destacar: se ha vinculado a las empresas que operan próximo al río con su contaminación. Sin embargo, Saúl Abréu, director ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo Inc. (APEDI), dijo que si bien hay industrias vertiendo sus desechos al Yaque, el mayor daño lo produce el agua residual doméstica que no es tratada. “Aquí son pocas las empresas que tienen procesos industriales altamente contaminantes; las que sí, pues cuentan con plantas de tratamiento”, aclaró Abréu.

Lourdes Tapia Benoit, consultora ambiental, manifestó que no basta con tener plantas de tratamiento. “Hay que cerciorarse de que esas plantas sean las adecuadas para eliminar los contaminantes que poseen las aguas que se descargan en el río”, enfatizó Tapia Benoit.

Mientras que Ángela Cruz, ex candidata a la Alcaldía de Santiago, argumentó que muchas de las empresas operan sin cumplir las leyes de protección medioambiental porque hay debilidad institucional. “No tienen un compromiso con nuestros recursos naturales porque nadie les exige; el Ayuntamiento debe pedirles que adquieran los equipos necesarios para tratar el agua que vierten al río”, declaró Cruz.

Alcaldía de Santiago En una revisión al “Plan Municipal de Desarrollo del Municipio de Santiago 2015-2018”, se constató que la actual administración del Ayuntamiento de Santiago reconoce la inexistencia de un mecanismo permanente de gestión de la cuenca del río Yaque del Norte. No obstante, dada la situación, se puede afirmar que no tuvieron como prioridad en su plan de trabajo la intervención del afluente.

Dentro de sus proyectos para convertir a Santiago en un municipio ambientalmente sostenible, la gestión encabezada por Gilberto Serulle se concentró en la construcción de parques lineales en la ribera del Yaque del Norte. Esta propuesta se paralizó por no contar con un estudio de factibilidad creíble ni con los permisos necesarios que debió otorgarle el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Según el documento consultado, para la ejecución de la obra se destinaron unos 360 millones de pesos, proyecto que finalmente no se concluyó.

Ángela Cruz acusó al Ayuntamiento de ser uno de los depredadores del Yaque. Ella sustentó su razonamiento en el hecho de que las autoridades locales no han velado por el cuidado y protección de esta fuente acuífera. “La Alcaldía no ha jugado un rol activo, pues permite extracción de arena, y que más personas se instalen en su ribera”, acentuó la también jurista.

Ella concluyó que las pasadas gestiones se han mostrado indiferentes ante circunstancias del río porque les sale costoso un proyecto de rescate, situación que les impediría saciar sus intereses particulares.

Actuar sin protagonismos Todos los expertos consultados coincidieron en que se puede salvar al río Yaque del Norte. Para ello, manifestaron que se torna vital la conjugación de varios factores: educación, gobernanza responsable, aplicación de las leyes e integración de todos los sectores.

Saúl Abréu cifró sus esperanzas en las legislaciones ya existentes o en proceso de promulgación para darle un contexto jurídico a la gobernanza del agua. Eduardo Rodríguez asegura que lo que suceda en la montaña donde nace el Yaque es que lo va a determinar si vamos o no a tener Yaque; ahí se puede determinar si se va tener agua buena o agua mala.

Opiniones: Saúl Abréu hizo hincapié en que los actores deben trabajar sin protagonismos, enfocados en un objetivo común. Abréu reveló que rescatar la cuenca no es un asunto de un millón de pesos, sino de miles de millones de dólares.

Para Eduardo Rodríguez, la solución se reduce a un cambio de conducta. En efecto, planteó la necesidad de modificar la cultura y forma de vida que se tiene tanto en la cuenca alta con la producción como en la cuenca media con la calidad del agua. “Hasta que nosotros no tengamos una estructura que nos aclare la dimensión de este problema, la situación no va a cambiar; hay una indiferencia colectiva; la gente dice que el Yaque se está muriendo, pero nadie hace nada”, remató.

La ingeniera Lourdes Tapia Benoit advirtió que el río Yaque del Norte hay que verlo como un ecosistema, como algo integral; por eso, dijo que debe ser tratado como una unidad, puesto que, por ejemplo, cuando se degrada su cuenca, la acción afecta la calidad de todas sus aguas. Asimismo, destacó que hace falta educación ambiental porque nadie cuida lo que no conoce.

Marcha en favor del río

Extensión. De los 308 kilómetros de longuitud total que se estima tiene el río Yaque del Norte, 13.5 se encuentran dentro del área urbana de Santiago. Esto lo convierte en el principal elemento hidrográfico de la ciudad.

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