Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Crucero

Llegando a República Dominicana

En el puerto de Amber Cove desembarcó el crucero Carnival Breeze, procedente de Miami, con más de 4 mil pasajeros.

Por segunda vez el Carnival Breeze se paseó por el territorio nacional con parada en Puerto Plata, un polo turístico destacado del país y que acoje a miles de visitantes al año.

Por segunda vez el Carnival Breeze se paseó por el territorio nacional con parada en Puerto Plata, un polo turístico destacado del país y que acoje a miles de visitantes al año.

Eran las 11: 30 de la mañana y el sol irradiaba en pleno invierno como si fuese verano. Desde afuera, la vista de dos embarcaciones atraía a quien transitaba por los alrededores. Y qué decir de la larga fila de carros que esperaba a los turistas para ofrecerles el servicio de transporte.

Avanzando el recorrido, ya dentro del puerto, se miraban los músicos típicos que alegraban con su canto a quienes paseaban por tan solo 8 horas por la isla de Quisqueya, la bella.

La oferta gastronómica era variada, a distancia se leía Caña Lounge; lugar en el que el agua de coco era la tentación del visitante. Pero las opciones no solo eran de comida, tiendas de pareo, de artesanía, prendas en piel, piezas exclusivas, bebidas naturales y café caliente dentro de la plaza.

Pasados unos 20 minutos, la parada fue en el parque cen tral de la instalación. Allí, un cuarto reflejaba en sus cuatro paredes la cultura dominicana: el folclor, la música, el deporte y las celebraciones típicas; una forma de encantar al viajero.

CONDUCTA ADOPTADA La educación se notaba en el comportamiento, la basura permanecía en las manos de quienes la poseían, hasta encontrar un zafacón. Para salir a hacer sus rutas fuera del complejo se organizaban en filas.

Dentro de la zona de esparcimiento había una piscina donde el bronceador era rociado para que la piel tomara un colorcito. Cabañitas acondicionadas con muebles, nevera, televisión y jamacas eran rentadas para quienes buscaban descansar en un lugar con vista al mar.

Lo típico Sobre la bebida, la cerveza adornaba las mesas de quienes se detenían en el restaurante.

COMIDA La bandera dominicana (arroz, habichuela y carne) era pedida por los comensales.

MÚSICA En la piscina, a la 1: 05 de la tarde, la bachata era el fondo acústico para resaltar las raíces del pueblo dominicano.

Explorando fuera de la embarcación En el crucero Carnival Breeze, procedente de Miami, llegaron alrededor de 4 mil pasajeros de distintas nacionalidades. Las paradas que tuvo el barco estuvieron en la isla San Martin, en Antigua, Saint Thomas y, por último, Puerto Plata, la novia del Atlántico.

Luego de 50 minutos de la llegada al puerto, a las 12:20 de la tarde, empezaron a salir los pasajeros. El traje de baño era el atuendo de quienes optaban por un chapuzón en la playa, pero los lentes, los sombreros, los calipsos y los bultos era un fac- ONELIO DOMÍNGUEZ/LISTÍN DIARIO tor común en todos los que llegaban.

Había personas solas, en pareja y en familia. En el rostro de cada pasajero que salía del puerto se podía ver el sentido de explorador que poseía, pues el mapa no faltaba en las manos y la cercanía a cada grupo que ofrecía los paquetes de la estadía era lo que más predominaba.

Los carteles que identificaban a los dominicanos y dominicanas que recibían te- nían escrita las propuestas de diversión para los turistas.

Visita a la playa, vista panorámica, ir de pesca, viaje al museo de arte de Puerto Plata, vuelta por los lugares tradicionales, buceo, nadar con los delfines, salir de compras, recorrer los 10 mejores lugares de la ciudad y el espacio Amber Cove Aqua Zone para los que deseaban recrearse sin salir del puerto.

A las 12: 30 seguían saliendo turistas, cámara en mano, porque los aparatos electrónicos eran parte del equipaje. A la 1:25 ya la zona estaba despejada, algunos se dirigían a la playa caminando. Otros salían en guaguas para cumplir su itinerario.

Tirolina. Era un atractivo para los aventureros.

Entre agua y sol se divertían los extranjeros que se quedaban en el complejo.

El toque costero lo daban las plantas de Palma que decoran la zona turística en Amber Cove.

Descanso. Un área de relajación entre el verdor y la brisa con olor a mar acariciaban a los pasajeros.

Tags relacionados