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Fundación

Solidaridad que dibuja sonrisas

En el corazón solidario de un grupo de aventureros, se alberga el anhelo unido de ayudar por pasión y trabajar por vocación. Así nace “Making Big Smiles”, fundación que plasma en cada mirada los sueños de cientos de infantes y personas de la tercera edad.

En el 2009, surgen las primicias de lo que hoy es un proyecto materializado. Diana Cueva, junto a 25 jóvenes son el motor de esta vena de fraternidad santiagués, cuenta que los inicios fueron de prueba. La plataforma física era una escuela pequeña que solo permitía hacer la celebración para un grupo reducido.

Actualmente, “Making Big Smiles” es la esperanza de los niños y niñas de sectores y zonas aisladas, que no tienen en sus manos la posibilidad de poseer una bicicleta, una muñeca o el juego de cocinas que tanto anhelan.

El camino recorrido

La alegría de llegar a hogares dominicanos, sin tener que esperar una campaña o la promoción de un nuevo juguete inspira a cada voluntario. Aunque 6 años reflejan lo joven de la fundación, 4 mil infantes beneficiados hasta hoy, afianzan el camino pendiente.

“Seis navidades asistidas son la tinta de muchos días de batallas, de trasnoches y largas jornadas de recaudación de fondos”, expresan con pasión y esmero, Diana Cuevas y el equipo operativo de las mágicas tardes propiciadas por la fundación.

Hacer de cada diciembre un mes de ilusión, un momento de familia, de unión y sobre todo de ternura e inocencia, es la visión y el propósito de cada uno de los integrantes de “Making Big Smiles”.

Huellas que transforman

Al transitar por las luminosas calles de Santiago y detenerse en el área monumental cada mes doce, del año, la impresión de que la navidad esta en cada hogar, es inmediata. No obstante, introducirse en los diferentes sectores ofrece la real lectura de que Santa y los Reyes Magos no se dejan ver en muchos lugares, porque el bolsillo consume sus ilusiones y el trineo se apaga al asomarse en la ventana.

Por eso, es que un equipo de 25 jóvenes y 35 voluntarios y voluntarias hacen que el trineo llegue a las casas para que los Reyes y Santa se desmonten, se tomen un café y hagan de cada minuto, con los pequeños y personas de la tercera edad, un momento único y especial.

Los integrantes de la fundación afirman sentirse gratificados cuando la inocencia de un infante o las manos que sostienen el bastón ciñen en sus labios el gozo de un día que jamás olvidarán.

Pronto el corre corre

Confeccionar sonrisas y distribuir felicidad no es una cuestión de dinero, es una misión de voluntades y entrega incondicional. Es programación, trabajo y ensayos como en una obra teatral para poner en escena la luz de la Navidad en cada mano infantil o cada rostro de mayor edad.

Tener presente la importancia de dar el corazón para recibir felicidad une aun más a este equipo, que cargado de energía iniciará mañana su jornada de recolección y donación de juguetes y artículos variados en la Plaza Internacional.

Acción

Luego de tener los objetos, se hace un calendario y un conteo en el cual se realiza una programación para que cada niño o niña tenga un obsequio. Previo a la entrega, el equipo recibe un taller de preparación personal, contribuyendo también, en el crecimiento de los jóvenes.

Este año se involucrarán a los infantes y a la Asociación de Viudas y Fundación Manuel Ulloa, que hospeda a 300 personas. En el asilo se realizarán actividades artísticas acompañadas de postre, rosas y la ternura del abrazo que reposa en una mecedora. Así concluyen los días de jornadas, porque los niños y niñas son el presente y el futuro. Las instituciones son el mayor soporte para que las fundaciones puedan salir adelante y materializar el sueño de una Navidad en familia, que por falta de recursos económico no pueden encender un bombillito, y menos tener una cena y un juguetito para los niños.

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