‘Diosa’ viviente

La joven Samita Bajracharya toca el sarod en su casa en Patan (Nepal). Las diosas vivientes o “kumari”, que en hindi significa niña virgen, son jóvenes en prepubertad consideradas como la encarnación de la diosa hindú del Poder Kali. Durante años son llevadas a todas partes sin que sus pies puedan rozar el suelo y tan solo pueden abandonar su residencia en nueve ocasiones al año. Samita tuvo que dejar el colegio y pasar a recibir clases particulares, así como permanecer en casa sin poder salir a jugar con sus amigos, quienes tenían prohibido tocarla mientras continúa siendo kumari. Por fin, con su primera regla, Samita comenzó el ritual Newari “Gufa”, en el que durante un periodo de 12 días las kumari dejan de ser diosas vivientes para volver a su vida normal. Samita tuvo problemas para volver a andar, ya que había sido llevada en brazos durante años.