“Cuando nadie nos ve”

Cada uno de nosotros tiene distintos rasgos de personalidad, que vienen influenciados por un conjunto de experiencias, vivencias, situaciones y aprendizajes. En ese pulir de nuestra personalidad se adhieren cosas positivas y negativas. Las positivas generalmente se muestran y exhiben; las negativas muchas veces se cubren y ocultan.

Nadie es perfecto, y todos tenemos áreas de debilidad; pero en el caso de los atletas y la plataforma que está a su disposición es muy delicado subir al estrado de la vida pública sin formación o educacion. Esos rasgos de personalidad negativos, los que nadie o pocos conocen, los no resueltos, los que no han sido identificados pueden decir presente en el momento menos indicado.

CUANDO NADIE NOS VE: Cuando nadie nos ve nosotros seguimos siendo nosotros. Nadie puede desarraigar o extraer esas facetas feas, desagradables, vergonzosas, que TODOS tenemos por dentro en una o dos sesiones de orientación o consejo. El trabajarnos y estructurarnos en esas áreas de vulnerabilidad es una tarea a la cual todos debemos apelar. Ignorar o postergar las cosas incómodas que se encuentran en nuestras vidas simplemente nos hará prolongar lo que ya sabemos que está.

Ver casos como el del joven futbolista de 27 años que decidió quitarse la vida en una cárcel de Estados Unidos siempre apunta hacia una retrospectiva más profunda. El joven perdió a su padre a los16 años debido a complicaciones con una hernia, y eso lo llevó a unos niveles de ira y rebelión en los que se rumora que hubo roces con marihuana, pandillas y hasta se cuestiona su inclinación sexual, aún habiendo procreado una hija con su prometida. A los 21 años es drafteado por un equipo de fútbol americano profesional y recibe un contrato millonario, pero tres años después es hallado culpable de homicidio, y sentenciado a cadena perpetua. A raíz de esto, este joven atleta decidió que la muerte era mejor opción que la vida, y se ahorcó en un gesto de desesperanza y desesperación.

No importa que nadie nos vea, nuestras luchas y batallas continúan sin testigos ni espectadores. Nadie estalla o explota de la noche a la mañana. Nadie decide herir a otros o a si mismo en un revés repentino. Las crisis y los traumas se hilvanan internamente, a raíz de situaciones, episodios, herencias y dificultades. Algunas personas lo exteriorizan, manejan y buscan ayuda. Otros deciden asumirlos internamente y se sumen en su propia confusión y dolor.

EL SOLO NO PUEDE: La persona que se maneja sola no puede ni tiene como ordenarse ni organizarse. Para enfrentar la vida como tal, se necesita de consejería, guianza, orientación y dirección. Es importante rodearse de un círculo de apoyo que sume y no reste, que multiplique y no divida. No existe el primer súper hombre o mujer que sea inmune a lidiar con asuntos sin resolver, a aquellas intimidades cuando nadie nos ve.

Los atletas o cualquier otro profesional que enfrente la fama, siempre estará más expuesto a la lupa pública por la naturaleza de su profesión. Es por esto que con más empeño deben apurarse por trabajarse en esas áreas invisibles que aunque resulten incómodas están palpables. Muchos deportistas se rehusan a abrirse y a hablar porque lo ven como una señal

de debilidad, pero la verdad es que todos sabemos que aunque nadie nos ve, cada quien lidea con asuntos de estrés. El verdadero poder de un atleta radica en identificar sus rasgos de fortaleza y debilidad pues le saca mayor provecho a su potencial.

Cuando pensemos que nadie nos ve, recordemos que hay uno que si lo hace. Y El siempre proveerá el oportuno socorro en momentos cruciales. “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Lucas 11:10

Hasta la próxima