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CON LOS CAMPEONES

Rusia y el dopaje como política de Estado

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Mario Emilio GuerreroTweeter: @megkrantz

El pasado lunes se hizo público un informe encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), a una comisión encabezada por el abogado canadiense Richard McLaren, sobre el escándalo de dopaje en el deporte ruso. El documento revela que Rusia organizó entre 2011 y 2015, a través del Ministerio de Deportes y con la ayuda de la policía secreta, un sistema que permitió la desaparición de los positivos de sus atletas en los controles antidopaje. De esa manera, los atletas quedaban protegidos de las sanciones por empleo sistemático de sustancias prohibidas.

Informe McLaren

De acuerdo al “Informe McLaren”, el sistema de dopaje de Estado empleado, tenía un procedimiento para ocultar los positivos de sus deportistas a las agencias y federaciones internacionales. El reporte lo denomina Metodología de los positivos que desaparecen, conocida en código por las autoridades rusas como el método Salva o Cuarentena y que sirvió para convertir en negativos al menos 312 positivos de una veintena de deportes, incluyendo casi todos los que figuran en el programa de competencias de las olimpíadas de verano.

Solicitud de expulsión

El fin de semana anterior a que el “Informe McLaren” fuera publicado, diez agencias antidopajes nacionales, encabezadas por la de Estados Unidos, solicitó al Comité Olímpico Internacional (COI) la exclusión de Rusia de los Juegos de Río y poco después de conocerse los resultados de la investigación, la propia AMA se sumó a esta petición. Aunque será este domingo cuando el COI emitirá un veredicto definitivo al respecto, ya el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anunció ayer su rechazo a la apelación del Comité Olímpico Ruso y de 68 atletas, que pedían participar de los Juegos, luego de la suspensión impuesta a la Federación Rusa de Atletismo por parte de la Federación Internacional, en el marco del escándalo de dopaje.

Caso de Alemania Oriental

Esto que ha sucedido en Rusia no es nuevo. El dopaje ha llegado a ser parte de una estrategia de Estado, en naciones que mediante el éxito de sus atletas han buscado promover un determinado sistema político. Tal fue el caso de la desaparecida República Democrática Alemana o Alemania Oriental, cuyo gobierno apoyó en los años 70 y 80 del pasado siglo, un programa de dopaje a gran escala, principalmente entre atletas del sexo femenino, que cuando fue descubierto tras la caída del Muro de Berlín, causó estupor en el mundo, que conoció cómo miles de niñas, de hasta 12 años de edad, sufrieron deformaciones físicas por causas hormonales al ser utilizadas como vehículos escogidos para demostrar que el comunismo era mejor que el capitalismo.

Época de horror

El proyecto olímpico de la Alemania del Este es catalogado como un experimento animal masivo realizado en seres humanos y los testimonios de las competidoras que participaron en dicho programa son escalofriantes. Durante el juicio a Manfred Ewald y Manfred Hoppner, jefe y director médico, respectivamente, del proyecto, la antigua lanzadora de disco Brigitte Michel declaró “no había un solo día sin dolor” y Carola Beraktschjan, quien fuera plusmarquista mundial de natación, expresó “fue aterrador lo que hicieron con nosotras, yo tomaba hasta treinta píldoras diarias. Siempre nos dijeron que eran vitaminas y nadie dudaba que hubiera que tomarlas, pues había que seguir los reglamentos”. Mientras que Simone Machalett ex-campeona del impulso de bala dijo “parecíamos hombres y hablábamos como hombres”.

No escarmientan

A pesar de estas historias de terror y de que se cuentan por miles los casos de deportistas que han sufrido graves daños en su salud, la vorágine del doping lamentablemente continúa en aumento. Esto ha traído como consecuencia, que cada vez que un atleta logra un nuevo récord o una actuación extraordinaria, su hazaña se cubra con un manto de dudas y sospechas. De inmediato surge la pregunta, ¿se habrá dopado? Así marcha el deporte actual para infortunio de quienes propugnan por la competencia leal y el juego limpio.

Flagelo

No hay duda de que el dopaje es uno de los principales flagelos del deporte en la actualidad y no obstante los esfuerzos mundiales que buscan erradicarlo, desgraciadamente resultará imposible su extirpación en forma definitiva. La tentación a que se ven sometidos los competidores y sus tutores es demasiado grande, ya que el botín para quien consigue el éxito es enorme.

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